Por Elián Olchansky y Ian Rodríguez
Argentina no sólo irá a la Copa Mundial de futsal FIFA, que se disputa en Lituania entre el 12 de septiembre y el 4 de octubre, con un parche que indica ser el actual campeón del mundo, sino con una gran responsabilidad de demostrar, una vez más, lo interesante y atractivo que es este deporte. Damián Stazzone, quien formó parte de aquel histórico hito en Colombia 2016 y defiende la capitanía de San Lorenzo, reflexiona, en una entrevista con El Equipo, sobre los lazos entre su deporte y los medios de comunicación.
-¿Qué visión tenés de los medios de comunicación?
-Es difícil generalizar, es importante aclarar eso. Creo que hay una tendencia hacia el espectáculo que muchas veces se corre de lo que realmente es el deporte, en el sentido de darle oportunidades a chicos y a chicas e inspirar a la sociedad. El deporte tiene una capacidad de influir en las personas que me parece fundamental. Por ende, cuando se lo analiza y se termina reduciendo al resultado, al escándalo o a la pelea, ahí se termina perdiendo la oportunidad que tiene el deporte que, si no es a partir de los medios, no se puede llegar a difundir. El futsal necesita de esto porque está en pleno desarrollo y generaría que las dirigencias empezaran a invertir más. La presencia de los medios en fundamental. Entendemos que se viralice más un lujo o una patada antes que un análisis. Nos sirve pero estaría bueno que hubiera otro tipo de discusión.
-¿Cómo te gustaría que fuera esa discusión?
-Me gustaría que hubiese lugar para todo. En los actuales canales pasan siempre lo mismo y eso a mí me aburre. Se llegó a tal punto que, como televidentes, terminamos pidiendo aquello que no nos gusta porque cuando hay un análisis en la televisión nos aburre. Percibo que esa batalla ya está un poco perdida. Está difícil que se genere otro tipo de contenidos.
-¿Esperabas que sea aún mayor la repercusión del futsal después de salir campeón del mundo?
-Debería haber sido mayor la difusión luego de haber conseguido ese campeonato pero no puedo responsabilizar a los medios de eso. Hay una falla de nuestra organización, la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). No tuvo la capacidad para desarrollar un proyecto que fuera mucho más atractivo para medios, sponsors y clubes. Creo que crecimos muchísimo. Sin el Mundial hubiese sido imposible, pero podríamos haber progresado mucho más. Si no se tiene un producto atractivo, los medios no van a buscarlo. Soy bastante crítico.
-¿Qué cambio puntual hubieses hecho si hubieras estado en AFA?
-Si querés que un deporte crezca, precisas invertir y mostrar lo mejor que tenés. En nuestro deporte, la mayoría son clubes de barrio que hacen esfuerzos incalculables y lo respeto muchísimo pero, si se busca despegar, no se puede televisar encuentros en canchas que no están en condiciones. La transmisión debe ser perfecta. Está obligada a ser atractiva, no solo para el ya simpatizante del fútbol sala, sino también para romper la burbuja encandilando a aquellos que no suelen verlo. Siempre decimos lo mismo. Si se transmite un San Lorenzo frente a Boca debajo de una autopista, jamás tendrá la repercusión como uno en el Polideportivo Roberto Pando, la cancha del Ciclón, con leds alrededor, pista ploteada y shows en cada tiempo muerto. El espectáculo puede captar un nuevo público, es básico. Luego, invertir en capacitaciones hacia dirigentes, entrenadores y jugadores. Yo hubiese generado que nuestro producto fuerte fuese la Selección campeona del mundo y eso no se supo vender ni explotar. Las empresas que se dedican a comprar derechos no se interesaron en nosotros. Pasa lo mismo con la televisación. A mí me encantaría que todos los canales se pelearan por el futsal pero la verdad es que lo transmite TNT porque viene en el combo con el fútbol.
-¿Pasó el tren?
-No. Creció muchísimo la cantidad de chicos y chicas que practican este deporte. Muchos clubes decidieron empezar a sumar al futsal entre sus disciplinas. No sólo los de más resonancia, sino también los de barrio. Además, nosotros, jugadores y entrenadores, mejoramos muchísimo. Este desarrollo sigue a nivel mundial. En las últimas eliminatorias para el Mundial de Lituania le ganamos la final a Brasil de visitante. Después de cuatro años, seguimos intactos. Ahora se presentó un plan estratégico de AFA, que está buenísimo y ojalá se pueda cumplir.
-¿Cómo es ese plan estratégico?
-Es larguísimo, como diez módulos que están orientados a distintas áreas del deporte. Es re completo, lo leí. Abarca de inferiores a Selección nacional (femenina y masculina), parte dirigencial, televisación, comunicación. Me parece excelente. Sin embargo, la implementación me parece complicada. Ojalá se dé y que no se demore mucho.
–En lo social, no en lo deportivo, ¿tenés buenas aspiraciones para el futuro de la Selección?
-Sí, pero debemos ser conscientes de que estamos atados al resultado. Lo que genera repercusión a veces es cómo te va en el Mundial. En cuanto a la difusión, no es lo mismo quedar afuera en cuartos que llegar a la final. Lamentablemente en Argentina, muchas veces estamos acostumbrados a que, a partir de un logro deportivo, se empieza un proyecto. Debería ser al revés. Nosotros tuvimos una inesperada consagración y fue entonces cuando empezamos a pensar cómo desarrollar el deporte. Venimos lento pero ahora estamos en medio de una planificación que puede llevarnos a conseguir algo histórico.
-Entonces, juegan por el título y por la difusión del proyecto. ¿Cómo manejan esta doble presión?
-Nos hemos acostumbrado a ser deportistas de alto rendimiento. Por más que no haya muchísimos jugadores que puedan vivir del futsal en Argentina, estamos en un gran nivel, el cual exige afrontar la presión constantemente. Yo prefiero jugar así, sabiendo que voy a por algo importante.
-Alguna vez, en El ojo noticias, mencionaste que querías mostrar lo que sucedía atrás del deporte. ¿A qué te referías?
-Hay toda una parte trasera que es clave. Muchos clubes de barrio no llegan a competir en la élite de ninguna actividad pero hacen un trabajo social para que los pibes y pibas puedan estar contenidos a causa del deporte. Un chico se entrena y por eso accede a indumentaria, a comer bien, a que lo contengan o incluso a un círculo de amistad al que sólo se entra a partir de la ejercitación. Sólo se pone el ojo meritocrático en eso de que llega aquel que se esfuerza al extremo, pero lo muestran porque llegó. Hay un montón que no y a ellos no se los muestra.
-¿De qué manera te gustaría enseñar eso?
-Escuchando más historias de chicos que no consiguieron jugar en Primera o de los que son del interior y viven en pensiones. Qué tipo de acompañamiento tienen. Un gran número de ellos no son de la Capital. Vienen con 12 o 13 años, se distancian de sus familias por un sueño. Si a los 18 no firmás un contrato, no servís para nada. Me gustaría que se pusiera más el foco de los medios en eso porque así se expondría más a los clubes. Eso modificaría la dinámica: mientras los jóvenes tratan de llegar a consolidarse en las mayores, también deberían recibir otro tipo de formación por si el anhelo no se consigue. Sé que es un negocio el fútbol, no pecaré de ingenuo.
-¿Tenés proyectos como comunicador?
-Estoy terminando la licenciatura en Comunicación Social pero jamás la pensé para trabajar en los medios hegemónicos. Esta carrera abarca mucho lo que es la comunicación interna. Los proyectos pueden estar buenísimos pero, si no están bien coordinados puertas para adentro, a veces no terminan funcionando. El rol del periodista es mucho más un oficio, además de una formación.
-¿Las herramientas aprendidas te sirvieron para tu vida como jugador?
-Sí, muchísimo. Me sirvió como deportista. Un entrenador, si no sabe transmitir sus ideas, no tiende a llegar al éxito con su trabajo. Y sólo es un fallo en la comunicación. A mí me sirvió para identificar y codificar mensajes. Fui el nexo entre compañeros y cuerpos técnicos o dirigentes. Resolví problemas internos.
-¿Has contagiado a colegas en estos intereses?
-En San Lorenzo arrancamos un programa para que los jóvenes que no son de Capital. Identificamos a quienes no habían terminado el secundario y junto a la directiva y el Gobierno de la Ciudad para Plan FinEs para que lo finalizaran. Le entregamos en estos días, por ejemplo, una plaqueta a Gerardo Menseguez, uno de los chicos que no había concretado el colegio. El club trabaja la parte social y estimula a los deportistas a que estudien cualquiera de los tres niveles educativos. Estamos en ese proyecto.