Por Manuel Hernández y Bruno Bardoneschi
Juan Manuel Herbella es medico, ex futbolista, con desarrollo docente en las aulas de la Universidad de Buenos Aires y de Deportea (de donde egresó). Además, es autor de varios libros, el último de los cuales se titula No me corten el pie, que compila, con una narrativa finísima, historias médicas de superación y de dolor de futbolistas. En esta oportunidad, Herbella conversa con El Equipopara dar su punto de vista acerca de lo que observa en el periodismo deportivo, en los discursos predominantes y en los comentarios de fútbol. Además, cuenta sus sensaciones y los mensajes que le dejó su participación en las diversas iniciativas en defensa de la universidad pública en la Argentina.
-¿Cómo ves a las redes sociales como espacios de debate y expresiones?
-Yo no sé si las redes sociales son un buen espacio para debatir y menos sé todavía si son un buen espacio para informarse, pero sé que existen y son un buen espacio para encontrarse. Ahora bien, ¿con qué finalidad? Mirá, no creo que sean un buen espacio para el debate. Son contadas las excepciones en las cuales realmente hay un espacio de debate. Porque para que haya un debate debería indefectiblemente haber, por un lado, una intención genuina de construir y, por el otro lado, unas ciertas normas de respeto para llevar a cabo el intercambio de ideas.
-¿Estás a favor del intercambio en las redes sociales? ¿Has participado en alguno?
-Por supuesto. Cuando nació Twitter, allá por el 2009, y todavía jugaba al fútbol, entraba para el debate. Hoy en día lo veo distinto, me dan menos ganas de participar porque ya no lo veo como ese espacio de debate, sino que lo veo como un espacio de construcción de narrativas, que no es lo mismo que debatir. Ya no hay una aceptación para que algún punto sea válido, no hay un intento de llegar a un punto de común. Al revés, creo que se impone esta lógica pendular del desarrollo que tiene que ver con la posibilidad de generar mucho tráfico, mucha dinámica. Creo que es necesario estar y más si te querés dedicar a ciertas cosas.
-¿Creés en la libertad de opinión en los espacios digitales?
-Yo creo que si entras en el juego de las redes sociales, indefectiblemente tenés que entender que va a haber gente que escribirá cosas ofensivas y, en el peor de los casos, si te molesta, la bloquearás. Forma parte de este juego. Es como decir “quiero ser futbolista pero no quiero que me puteen”. Sí, sería lo ideal, pero en una cancha desde tiempos inmemoriales que la gente te insulta. Las personas van a la cancha a focalizar sus éxitos en vos y no ven que del otro lado hay un sujeto. La realidad es que, si te molesta, no podés ser jugador de fútbol. Esto es lo mismo: si vos sufrís porque hay gente que te escribe comentarios negativos, no deberías tener redes sociales.
-¿Qué te dejó la Marcha Universitaria Federal? ¿Qué mensaje pensás que se transmitió?
-Las sensaciones que me dieron fueron muy positivas. Una marcha en la cual hubo un millón de personas, sin ningún tipo de incidentes. Creo que logró con creces el objetivo de demostrar que en Argentina tenemos incorporado culturalmente algo que valoramos en el inconsciente colectivo, que es el poder de transformación que tiene la universidad pública. Lo que no se puede poner en discusión es el valor que tiene la educación pública, la posibilidad de que cualquiera puede acceder a la universidad. Perder eso es acercarnos cada vez más a la mediocridad.
-¿Cómo percibiste que trataron los medios de comunicación la marcha?
-En el primer momento vi que hubo medios que empezaron a querer decir que eran 150.000 personas cuando la columna que salimos desde la Facultad de Medicina y de Ciencias Económicas ni siquiera pudimos pasar al Congreso por la cantidad de gente que había. Entonces ese número era un fake news interesante que quisieron volcar.
-¿Por qué te parece que estos temas no se pronuncian ni en los deportistas?
-La realidad es que si vos jugas al fútbol y hablas demasiado, terminas siendo un problema para los propios dirigentes del club, tanto sea porque unos están de un lado y otros están del otro, y terminas generando un problema externo ante una decisión que va a desembocar en que no te contraten. Y los futbolistas dependemos de eso. Entonces, es lógico que trates de minimizar tus hipótesis de conflicto. Salir a defender posturas ideológicas es exponerte a conflictos ideológicos que no tienen que ver con el deporte que practicás.
-¿Qué conclusión sacas de la postura de Estefanía Banini o de otros deportistas en defensa de las universidades públicas?
-Está muy bien que Banini se exprese. Es cierto que, cuando llegás al final de tu carrera, empezás a darte más licencia. Quizá goza de las posibilidades de estar jugando afuera, que es distinto de estar jugando acá. Yo no me imagino a algunas figuras de aquí metiéndose en un inconveniente de estas características, más allá de que puedan llegar a tener una idea.