El gran Divinsky

Por Juan José Panno (*)

Daniel Divinsky, que murió a los 83 años el 1 de agosto, era un hombre bueno, amable, afectuoso, culto, generoso, personaje central en la historia cultural argentina. Fue uno de los fundadores de Ediciones de la Flor, la editorial que le dio vida a Mafalda, de Quino, y que también le dio abrió sus puertas a Rodolfo Walsh, Griselda Gambaro, Umberto Eco, Vinicius de Moraes, Rodolfo Fogwill, Martín Caparrós, Roberto Fontanarrosa, Liniers, Rep, Caloi, Maitena y más autores y autoras.

En todas las necrológicas publicadas en estos días(,) se informa que Divinsky, nacido el 1° de abril de 1942, tuvo de niño una enfermedad renal que lo obligó a permanecer en cama, lo que hizo que sus tías le inculcaran el placer de la lectura que arrancó a los cinco años y lo acompañó hasta su muerte. También, que a los 20 años recibió el título de abogado con diploma de honor y que creó una editorial en 1966 junto Oscar Finkelberg y Jorge Álvarez. Cuenta la leyenda que la escritora y periodista Pirí Lugones, enterada del proyecto, comentó: “¡Flor de editorial quieren hacer!”. Ese es el origen del nombre “Ediciones de la Flor”, que
poco tiempo después quedaría instalado para siempre.

La empresa tuvo algunos momentos críticos. Sobre todo cuando Divnsky y su esposa Kuki Miler (que se había asociado) debieron exiliarse en Venezuela durante la última dictadura militar, pero lograron mantenerla a distancia, a través de la madre de Kuki Miler.

Roberto Fontanarrosa solía decir que, como editor le ponía el cierre justo a todos sus libros, pero Divinsky humildemente respondía “apenas le hacía el revoque fino”. A propósito de Fontanarrosa, con la gracia que lo caracterizaba, Divinsky contaba siempre esta anécdota: “En una Feria, se había formado una larguísima fila y se escucha desde el fondo, en una tonada colombiana, ´Fontanarrosa, ¡hazme un niño!´. Él responde que no dibuja niños. Y ella remata: ´No, hazme uno de verdad´”.

Las cenizas de Divinsky serán arrojadas al Río de la Plata desde el Parque de la Memoria. Esa fue su última voluntad.

(*) Periodista, fundador de TEA y Deportea