Por Marcelo Becerra (*)
Con profunda tristeza me entero de la desaparición física de Yiyo Arangio, por rara paradoja de la vida dos días después que también partiera otro grande del periodismo deportivo como lo fue Mario Trucco.
Yiyo debutó en el ascenso en 1965 en Radio Libertad como relator, traído desde Mar del Plata por Alejandro Romay y, como tal, no paró hasta el 84/85 aproximadamente cuando en forma prematura dejó el relato para dedicarse a otros emprendimientos periodísticos y empresariales en el área privada. Relató en Radio Libertad, en Splendid, el Mundial 78 como contratado en Radio Belgrano y en Radio Argentina y, además, lo hizo para algunas radios rosarinas. Tuvo grandes comentaristas: entre otros Mario Trucco, Rafael Olivari, Héctor Rombys, Héctor Drazer y Oscar Gañete Blasco. En el Mundial ’78 estuvieron a su lado Bernardo Neustadt y Julio Cesar Pasquato “Juvenal” y en el Mundial Juvenil de Japón en 1979, Víctor Brizuela.
Yiyo era periodista, productor y empresario. Lo conocí en 1975 por casualidad. Yo estaba por comenzar a estudiar en el Círculo de Periodistas Deportivos y, por contactos lejanos, me acerqué con el temor lógico de un pibe de 20 años al bar El cervatillo, en la calle Arenales, a metros de dónde estaba Radio Splendid..Allí estaba él junto a Rafael Olivari, Alberto Muney, Ricardo Scioscia, Gustavo Lisi y otros que no recuerdo bien (¡pasaron 47 años!) Me recibió muy bien, asistí allí a charlas sobre la tira diaria y las transmisiones de fútbol escuchando con unción la palabra de esos próceres, a los que siempre escuchaba por radio. Fue allí que Yiyo me hizo un par de preguntas y al final me preguntó si quería empezar a acompañarlos en la tira y en las transmisiones de fútbol. Y comenzó todo. Nunca olvidaré la oportunidad que me dio de iniciarme en la radio.
Tenía una fuerte personalidad, convicción en sus actitudes y dichos, para él no había grises y eso también le provocaba algunos choques. Su carácter no era fácil pero tenía autoridad y sabiduría: eso generaba respeto. Era muy profesional y lo predicaba, además, con el ejemplo. Pero, sobre todo, era muy buen tipo, de buena madera, cumplidor, solidario y sumamente responsable. Sus consejos siempre sumaban mucho, eran justos e irrefutables
Como relator era excelente, infalible, decidido y preciso, no erraba un jugador y sus reflejos eran su mejor atributo, sin dejar de lado la emoción en cada jugada. Su pequeña tartamudez se borraba mágicamente en su relato dónde jamás aparecía. Increíble pero él lo lograba con mucha concentración y oficio
Entre tantos partidos y momentos inolvidables recuerdo todas las vivencias y su vibrante relato con aquella perlita del penal del polaco Deyna en el Mundial 78: él lo relata adelantando el final. «va a tirar Deyna y ataja Fillol, tira Deyna y ataja Fillol..tiró Deyna y atajó Fillol» y se nos puso a todos la piel de gallina. Luego de ese Mundial, salió el long play con sus goles mechados por cuentos de Luis Landriscina.
Tampoco puedo olvidar sus relatos del Mundial Juvenil de Japón en 1979. Argentina salió campeón con actuación superlativa de Diego. Por la diferencia horaria, los partidos eran de madrugada. Yo hacía estudios centrales en ese insólito horario..
Él fue precisamente quien un día me dijo que mi lugar era en el centro informativo en el control central. Y su ojo clínico no falló porque estuve allí por más de 15 años en distintas emisoras que me buscaban para dicha tarea.
En síntesis, Yiyo Arangio fue sin dudas de los mejores relatores que tuvo nuestro país, pero esencialmente hay que destacar que hizo muchísima docencia enseñándome todos los secretos de esta profesión.
Fue un verdadero maestro y una persona de bien que decía y actuaba en consecuencia, con personalidad y firmeza, siempre al frente sin hipocresías ni contradicciones.
Hoy tengo palabras de eterno agradecimiento y sólo deseo que Yiyo descanse en paz.
(*) Periodista. Trabajó en los equipos de Yiyo Arangio.