Por Néstor López (*)
El país estaba hecho pelota. Una dictadura asesina lo destrozaba a su antojo. Y como si se tratara de la paradoja más inconmensurable del planeta, una pelota de fútbol le regaló alegría al pueblo oprimido. El Mundial 78 fue una luz en la oscuridad, apenas un destello de luz en pleno holocausto ¿Cómo fue ejercer el oficio de periodista deportivo en medio del terror? Eso se preguntó Fernando Ferreira. La respuesta la encontró escribiendo un libro tan crudo y estremecedor como riguroso en los datos y preciso en la investigación que incluyó entrevistas a 16 periodistas que trabajaron durante aquellos tiempos, como por ejemplo Juan José Panno, Jorge Búsico, Guillermo Blanco, Ezequiel Fernández Moores, Horacio Pagani y Roberto Fernández.
Con la misma pasión que amó a sus compañeras de vida, a sus hijos, a los cuentos de Poe, a las películas de Fellini, a las sobremesas con amigos y a Racing, Ferreira escribió este libro necesario que tituló “Hechos Pelota” y que él mismo definió “como un intento de reflexión o quizá también como una catarsis para intentar explicar un tiempo de horror”. Nada mejor que su propia prosa para explicar de qué se trata, como lo contó en el prólogo: “El deporte fue la excusa para sobrevivir en el marco de la dictadura más sangrienta de la historia argentina. El papel desempeñado por el periodismo deportivo durante la dictadura no ha sido materia de debate. Durante ese nefasto período hubo un centenar de periodistas desaparecidos y otros muchos que tuvieron que padecer el exilio externo e interno. Silencios obligados o voluntarios, chupados o desterrados, medios cómplices, censura, listas negras: todo ese horror convertido en hábito entre 1976 y 1983”.
Ferreira se fue muy pronto de este mundo que lo tenía caminando por los márgenes. Fue un periodista inmenso, con un estilo único forjado a fuerza de lectura y una ética que escasea. Los pragmáticos que nos rodean dicen que se murió. Pero no. El Colorado no se murió nada, porque vive en el recuerdo constante de quienes alguna vez compartimos un vino tinto con él. Vive en sus libros, también. Y “Hechos Pelota” es uno de ellos.
(*) Periodista y docente de Deportea