Por Guillermo Rojas y Daniela von Simons
Crack absoluto del voleibol, Hugo Conte es reconocido como uno de los mejores ocho jugadores del siglo veinte. Participó en tres Juegos Olímpicos como emblema de la Selección Argentina e integró el equipo que ganó la medalla de bronce en Seúl 1988. También se destaca el cuarto puesto conseguido en los Juegos de Sydney 2000 y el tercer lugar en el Mundial de Argentina 1982.
Hoy se desempeña como comentarista en TyC Sports y, 33 años después de la gesta en Corea del Sur, le tocó poner la emoción y la sabiduría, desde otro lugar, en la segunda presea del vóley nacional, de la cual su hijo, Facundo, formó parte de la delegación siendo una de las figuras destacadas.
En diálogo con El Equipo, Conte se refirió al lugar que los medios de comunicación le dan al deporte, el boom del vóley con los Juegos Olímpicos y a su experiencia en Tokio 2020.
-¿Cómo se contaba el vóley cuándo eras jugador? ¿Qué cambió?
-Cuando era jugador no había relatores y comentaristas de vóley, no apuntaban directamente a lo que pasaba en el partido sino que explicaban cómo se jugaba. Fue muy difícil empezar a relatar y a comentar porque había, principalmente, relatores de fútbol. De a poco se fue entendiendo cómo se podía transmitir. Había que tener mucha paciencia porque los partidos eran más largos, algo que ahora no pasa, los partidos son más emocionantes con, por ejemplo, un tie break.
-Como comentarista, ¿preferís abundar en tecnicismos propios del deporte o explicarlo más coloquialmente para que todos entiendan?
-Prefiero normalmente tratar de hablar simple y comentar cosas lindas del juego. No profundizar sobre tecnicismos porque me estaría cerrando a un tipo de público. Hay mucha gente que no entendería de lo que estoy hablando. En algunos momentos quizás, cuando juega la Selección, sí hago algún que otro comentario técnico si veo algo muy bueno. Pero, en general, trato de comentar los puntos lo más simple posible para que la gente pueda sentir algo diferente de lo que acaba de ver, o sumar un poco de emoción y sentimiento cuando juega la Selección. En los time out pedidos por los técnicos podría decir qué es lo que puede estar sintiendo un jugador, por ejemplo, qué tipo de jugada elegiría el armador para cerrar algún set. Esas cosas que no son directamente técnicas del juego, pero son más entendibles para los que no son del palo absolutamente del vóley.
-Con la medalla de bronce conseguida en Tokio, ¿creés que el vóley tendrá más cobertura en los medios?
-Justamente ahora se jugó el Sudamericano en Brasil con la Selección mayor y nosotros, con TyC Sports, no transmitimos, así que por desgracia, después de Tokio y una medalla olímpica, este tipo de coberturas pensamos que quizás podían ser fuertes. Si bien un Sudamericano no es un torneo muy grande, Argentina llegó a la final junto a Brasil. Igualmente nos hubiese gustado muchísimo con José Montesano transmitir este torneo porque era seguir un poco con la línea de los Juegos y coronar el fin de año de la Selección jugando una final con Brasil. Aunque los equipos no estén conformados al cien por ciento con el equipo que fue a Tokio, hubiese sido muy lindo para nosotros hacerlo. Pero se volvió a los formatos y a las necesidades televisivas de siempre que es mucho fútbol. No pudimos usar la medalla para seguir promocionando fuertemente el vóley.
-¿Qué se puede mejorar en la forma de contar el vóley?
-Perfeccionar la manera en que lo venimos haciendo. La gente se copó muchísimo con los Juegos Olímpicos, empezó a entender más el vóley. Pero si se baja mucho a hablar pura y exclusivamente de cosas que para muchos son imperceptibles, me parece que se pierde un poco el foco de la popularización. Tenemos que seguir profundizando en la simpleza y, de a poco, ir contando cosas del deporte sin entrar en tecnicismos porque si no perderíamos esa atención del que no entiende mucho.
-Cuando no hay grandes acontecimientos, ¿qué se puede contar sobre el vóley?
-Ya son años que con José Montesano queremos hacer un programa para contar qué es lo que pasa con la Selección en los momentos en los que no hay competencia, o también con la liga nacional porque hay mucha información de los jugadores desparramados por varios clubes. Lo pedimos a TyC Sports pero no hay posibilidad de tiempo para hacerlo. También nos gustaría tener un programa de radio para comunicar todo este tipo de campeonatos, los resultados, dónde juegan los jugadores, cómo están jugando. No logramos encontrar lugar todavía, pero esperamos encontrarlo pronto así podemos comunicar mucho.
-¿Cómo fue el paso de deportista a comentarista? ¿Te costó?
-No me costó hacer ese cambio. En el medio pasaron cinco años en los que fui entrenador y, después, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 hice un poco de comentario con José Montesano y con Gonzalo Bonadeo. A partir de ahí, José me propuso estar con él en la Liga Nacional para TyC Sports y en los partidos de la Selección. Gracias a su conocimiento y a su profesionalidad, me dio la oportunidad de aprender mucho.
-¿Por qué suponés que no te costó?
-No me costó porque empecé a hablar de lo mío. De lo que veo, lo que me gusta. Siempre me encantó ver vóley y como entrenador lo empecé a ver desde afuera. Y como comentarista es algo que me encantaría seguir haciendo.
-¿Te ponés límites a la hora de criticar a jugadores o a equipos?
-Me gustan las críticas constructivas, no dejo de decir lo que pienso. Soy muy crítico a la hora de evaluar a los dirigentes en el desarrollo del deporte y en el crecimiento porque viví desde la experiencia personal la mediocridad dirigencial que hemos tenido toda la vida y seguimos teniendo.
-¿Y con los que juegan?
-Con respecto a los equipos y a los jugadores trato de ser muy objetivo en las críticas porque sé lo que pueden estar pasando los chicos y los momentos psicológicos, físicos o técnicos de cada uno. Hay que saber dividir muy bien las críticas para que sean constructivas. Por eso no me gusta criticar por criticar. Creo mucho en la entrega de los jugadores y sé que después de eso las cosas salen. Pero sí me molesta cuando no hay entrega y se nota que no hay ganas de hacer las cosas.
-¿Cómo afecta a la forma de contar el vóley la viralización y el uso de las redes sociales?
-Es muy difícil para mí el uso de las redes porque yo no soy el que hace notas con los jugadores. Cada tanto participo con José Montesano en alguna, pero él es el que se encarga de eso. Lo que sí sé es que es muy difícil hoy la nota del día después del partido. Hoy muchísimos jugadores terminan el partido y en el vestuario comentan o cuentan en las redes sociales lo que pasó por medio de un video o un escrito, haciendo una transmisión casi en vivo. Cuando, quizás, un periodista quiere entrevistar a un deportista, él mismo ya le transmitió a la gente lo que pasó después del partido, cómo se siente. Entonces la entrevista del día después a veces es tardía.
-En los Juegos Olímpicos de Tokio pareció activarse tu vínculo con Twitter y con Instagram. ¿Cómo te sentís en el uso de esas redes?
-Lo que nos pasó con José en los Juegos Olímpicos fue muy loco porque hubo noches en que la Selección jugó muy tarde y nos hemos salteado la noche sin dormir entre la cena y charlas, además de los cientos de mensajes que nos llegaban. Queríamos responder y contar todo, hacer partícipe a la gente. Me sobrepasó un poco toda la situación con las redes sociales. Por ejemplo, cuando fui a Tokio tenía 3.000 seguidores en Instagram y cuando terminó tenía 40.000.
-Una experiencia nueva.
-En el durante, todo lo que pasó fue impresionante porque nunca pensé que íbamos a tener a tanta gente conectada con nosotros, con tanto cariño por lo que estábamos haciendo, además del apoyo incondicional a la Selección. La gente, más allá del resultado, premiaba la entrega de los jugadores y los ponía en un pedestal porque sentían que habían dejado todo. Parecía que nosotros transmitíamos eso también como parte de ese equipo llevándoles a través de la televisión todas esas emociones.
-Podría decirse que, luego de tantos años en la actividad, el voleibol te puso en un lugar diferente.
-Nos puso en un lugar que no conocíamos y nos costó mucho manejarlo. Era tan lindo lo que pasaba que me costaba dormir a la noche. Queríamos contestarle a la gente y agradecerle todo el cariño que nos daba. Fue hermosísimo y muy loco, nunca viví algo así afuera de una cancha. Obviamente esto es consecuencia absoluta por lo que lograron los jugadores. No hay otro motivo. A medida que fueron logrando cosas importantes, todos pudimos tener participación de ese éxito. Pero el éxito absoluto fue de ellos. Para nosotros fue una felicidad formar parte de eso. Y en lo personal, siendo padre, lo que viví se lo pueden imaginar. José lo vivió muy parecido a mí, al igual que todo el equipo de TyC Sports que estaba con nosotros.