José Luis Clerc: «El ‘qué lindo’ es un sentimiento»

Por Thomas Márquez Crispino y Jerónimo Spangenberg

José Luis Clerc fue uno de los tenistas más destacados del circuito profesional entre finales de los años 70 y buena parte de los 80. A lo largo de su trayectoria, conquistó 25 títulos y alcanzó el puesto número 4 del ranking mundial en 1981. Batata impulsó a la Argentina a competir en la élite del tenis internacional y conformó una dupla formidable con Guillermo Vilas, que llevó al país a disputar la final de la Copa Davis ese año.

Hoy se lo ve con la misma pasión y con igual intensidad, remitiendo directamente a sus años como jugador. Es un hombre que se desvive por el tenis. Esto lo hace disfrutar de cada labor que realiza en ESPN. Clerc fue, es y será uno de los referentes del tenis argentino, aunque hace tiempo cambió el vestuario por la cabina de transmisión.

-¿Qué es lo que te motiva a no quedarse en casa y a transmitir todos los torneos de tenis que ESPN pone al aire?
Tengo pasión por el tenis, por el trabajo. Me motiva, me pone muy feliz y contento cada vez que tengo un torneo de tenis que transmitir. Es como digo, tengo pasión, soy workaholic (entre risas).

-¿Dirías que seguís teniendo una vida muy parecida a la que llevabas cuando jugabas en el circuito, en el sentido de estar siempre presenciando o transmitiendo los torneos? ¿Esto significa que nunca pudiste despegarte del deporte?
-Me despegué del deporte. O sea: yo dejé el tenis, no el tenis me dejó a mí. Lo que pasa es que es otra faceta de mi vida. Hace más de 25 años que estoy transmitiendo en ESPN y es un amor que tengo con este deporte. En mi sangre corre tenis. Soy un apasionado, me corre adrenalina cada vez que estoy en la posición de espera para la transmisión, cuando se prenden las luces y empieza el conteo para salir a cámara. Ahí hay un poco de nerviosismo, hay un poquito de ansiedad, pero, bueno, eso ya lo manejo obviamente.

-¿Qué creés que es lo que más puede aportar un ex jugador a una transmisión en vivo, especialmente teniendo en cuenta tu experiencia y tu calibre como tenista?
-Mirá, la suerte que tuve de haber llegado, de poder decirle a la gente y anticiparme a una jugada o muchas veces a un score, a un partido. Cuando estamos al aire, digo las posibilidades que tiene cada jugador, cómo debería jugar cada uno y, bueno, la mayoría de las veces se cumple lo que uno dice y uno transmite lo que vivió durante tantos años dentro de la cancha. Sabe lo que le está pasando por la cabeza del jugador. Pero mi experiencia es de haber estado ahí.

-¿Qué cambió, si es que algo cambió, en la perspectiva que tenías sobre los medios cuando eras deportista, en comparación con la que tenés ahora estando dentro de ellos?
-Bueno, ahora conozco más a los personajes. Siempre fui una persona que recibió muy bien al periodismo y me he divertido mucho. Ahora yo veo a los jugadores y muchos de ellos no tratan adecuadamente al periodismo y no se dan cuenta de que es un trabajo que tiene el periodista, que ellos también necesitan del periodismo como el periodismo necesita del deportista, o sea, es una sociedad en la que muchos de ellos no se dan cuenta de la importancia que tiene de prestarle atención al periodista.

-¿Cómo surgió el famoso “Qué lindo”?
-Nace hace muchísimos años. Cuando, en una de las primeras transmisiones de ESPN, agarra una productora y me dice: «Hoy hacemos el ‘Qué lindo’ del día”. Entonces la miro, le digo: «¿El qué?». Me contesta: «Sí, el ‘Qué lindo’ del día». ¿Que no sabes que decís ‘Qué lindo’?». Le digo: «No, la verdad que no me doy cuenta». Lo que pasa es que la frase no es algo que uno ya lo tiene en la mente, si bien es algo que me nace, es algo que voy viendo la jugada, me voy acercando, saliendo de la silla porque me anticipo que ya está viniendo esa gran jugada, porque pasaron 25, 30, 35 pelotas y se viene el puntazo. El “Qué lindo” es un sentir. Nace, nace desde muy adentro mío, no es algo que lo tengo programado decir «bueno, ahora viene» y lo tiro, no, es un sentimiento.

-¿Considerás que en el tenis se cuida más al jugador desde el periodismo que, por ejemplo, en el fútbol?
-No te podría decir si se cuida más o menos al tenista que al futbolista. Lo que pasa es que el tenis es un deporte individual y se destaca mucho más el jugador de tenis que el futbolista, obviamente sacando a algunos que se destacan como, por ejemplo, Messi. El tenista, si hablamos de Carlitos Alcaraz, Jannick Sinner, Nole Djokovic o, de aquella época, un Roger Federer, Rafael Nadal, Björn Borg, Jimmy Connors, Guillermo Vilas, son personas que se destacan individualmente, entonces tiene una mayor perspectiva de tener mayor cantidad de periodismo encima.

-Si hoy Clerc estuviera en el circuito mundial, ¿qué número creés que ocuparía en el ranking?
-La verdad es que no me gustaría estar en este ranking (entre risas). No me gustaría estar en esta época. Sobre todo con Sinner y Alcaraz que juegan a otra cosa, están 12 escalones arriba de todos los jugadores, hasta del mismo Novak Djokovic. La verdad que tuve mucha suerte de haber estado en lo que yo considero una de las mejores épocas del tenis porque los que éramos top 10 perdurábamos, nos quedábamos. El mundo lo sabía, la gente sabía quiénes éramos. Y lo importante es mantenerse, que eso es lo más difícil que hay en el tenis, mantenerse bien.