Por Manuel Rojo y Tomás Guiñazú
Juan Pablo Sorin y Sol Alac fueron los productores de «Érase una vez en Qatar». Se trata de un documental que recuerda a la Selección Argentina de fútbol Sub 20 de 1995, de la cual Sorin fue parte, que allí logró el título del mundo. El largometraje de 95 minutos -que dirigieron Ignacio Ceroi y Federico Rotstein conjunto- relata la travesía por la cual pasó un grupo de jóvenes, con un fabuloso trabajo de cámaras y testimonios de los protagonistas que articulan la conmoción, el asombro y la risa. Historias de novedad para Occidente, pero visibilidad para Oriente. Un logro para la celeste y blanca que se repitió en el mismo país casi 28 años después, pero en la mayor. Sorin (futbolista de brillante recorrido, luego capitán de la Selección, más luego un generador incesante de proyectos comunicacionales diversos) y Alac, compañeros de vida además de hacer dupla en este y en otros proyectos, reflejan muy bien la importancia de una generación de futbolistas.
Semejante obra de arte fue generada desde Elis Produtora, el motor a partir del cual Alac y Sorin producen de manera intensa, diversa y muy creativa, algo que puede verificarse en Youtube a través de Sorin/Elis. Algo que también reflejan las cuentas instagram que testimonian sus realizaciones: @elisprodutora, @sol_alac y @jpsorin6. El objetivo es que «Érase una vez en Qatar» se expanda por todos lados como ya comenzó en Argentina, vía la plataforma Flow y como los realizadores proyectan junto la distribuidora Playmakers. Con el entusiasmo y la fuerza que los distinguen, Sorin y Alac desmenuzaron para El Equipo esta construcción compartida.
-¿Cuál fue el motivo del documental?
Alac y Sorin: -Nació desde un lugar tan lindo, de energía y en una noche de celebración, que había que hacerlo. Había una historia fuerte ocurrida antes de que se escribiera una nueva, la de 2022, en ese lugar lejano. Y tal vez no todos la conocían, ya que se había jugado un mundial juvenil ahí hacía casi 30 años. Qatar fue sede casi por accidente y era completamente otro en casi todos los sentidos. Había que documentarlo. Por eso fuimos atrás de todo lo que necesitábamos para poder lograrlo. Lo mejor fue el archivo inédito que apareció. Se inició en el 94 con una especie de “concurso de proyectos de juveniles” que tuvo un giro inesperado, que también está descripto en «Érase una vez en Qatar», y donde surge la Era Pekerman y todo su cuerpo técnico. Ellos y nosotros pudimos haber sido los primeros y los últimos si no nos iba bien, ya que José y sus compañeros tenían contrato sólo por un año. Se cuenta ese proceso que nos marcó a los del 95 y a todos los que vinieron después (Lionel Scaloni, Pablo Aimar y Walter Samuel de Malasia 97) por sus valores humanos, por su visión futbolística, por sus ideas para formar personas y grupos de convivencia.
-¿Cuáles son los mensajes de la película? O, de otro modo, ¿tiene un mensaje más allá de lo documentado?
Sorin: -Hay un montón de mensaje. Lo valioso, nuestra visión como productora, es que vale la pena jugártela por tu pasión por lo que sentís y dedicarle todo el tiempo que puedas. El compromiso con el otro, el respeto hacia el otro, aceptar las diferencias y aprender de ellas. Y que es increíble vivir experiencias representando a tu país, una aventura que te genera un vínculo único. Un sentimiento de pertenencia impregnado en la piel.
Alac: -Queríamos representar los 90 de la forma más directa y al mismo tiempo poética posible. La música, la ficción, la elección de la voz en off, los textos que trabajamos con Fabián Casas y a los que les puso la voz Santiago Motorizado, el cantante de Él Mató a un Policía Motorizado. Todo tenía empuje.
Las miradas de uno y otra no agotan el tema. Tanto que, casi a una sola voz, alargan la consideración sobre este eje, sobre el sentido de lo que hicieron: «No queríamos quedarnos sólo con un documental periodístico. Creíamos y entendíamos que había una historia universal adolescente que tenía que estar reflejada. Cosas que nos pasaron a los argentinos pero también a los brasileros, a los españoles, a los portugueses, a todos los que fueron convocados a una selección por primera vez y muy jóvenes. Asumir esa responsabilidad, los miedos, las familias, los sueños, los errores, una ilusión de algo que no sabías qué podía ser y que de repente está ahí: la oportunidad de tu vida. La amistad que se transforma en hermandad».
«Por eso -precisa Sorin, quien efectuó la mayoría de las entrevistas, dándole una impronta muy propia y de una sensibilidad que es una las huellas nítidas del documental- Sol armó un equipo que se enamoró del proyecto. Si no, hubiese sido imposible en ese tiempo récord. Y estrenarlo antes del Mundial 2022 cuando empezamos a filmar en junio del 2022. Fuimos a contramano, incluso para la distribución o la venta. Asumimos el riesgo».
-¿Qatar, en algún sentido, es un personaje o un invitado más?
Sorin: -Sin lugar a dudas. Es un personaje que cambia. A través de las imágenes actuales que impactan por los rascacielos y las construcciones súper modernas pero fundamentalmente por aquellas imágenes únicas e inéditas que fuimos descubriendo en los VHS que nos compartieron la familia Lamas y las del profe Gerardo Salorio, que era el preparador físico del equipo. La vista desde el micro, las pocas construcciones de ese momento, los estadios bajos… otro universo.
-¿Fue difícil hacer esta película? ¿Qué tan complejo es hacer un documental?
Alac: -Depende de los objetivos que te propongas. Nosotros nos pusimos metas muy altas y apostamos con mucha firmeza por eso. Nuestra hija, Elisabetta, ese año estudió on line y así pudimos viajar y filmar. Luego vino lo más difícil por la presión de llegar a lo que nos habíamos propuesto: estrenar antes del Mundial 2022. Por eso el agradecimiento a los directores Nacho (Ceroi) y Roto (Federico Rotstein), al productor ejecutivo Ivan Granovsky, a los guionistas, a los editores y a las editoras, a la gente de producción, de archivo, de casting, de vestuario. A los asistentes. Y un agradecimiento especial a todos mis compañeros jugadores y rivales. En definitiva a todas y a todos los que participaron y creyeron.
-Juan Pablo, ¿cuál fue la razón de elegir el camino audiovisual, entre tantas cosas que venís haciendo, luego de colgar los botines?
Sorin: -Sol es actriz, artista, inquieta, trae todo ese know how y esa locura de entender el delante y detrás de las cámaras desde hace muchos años. Es la que impulsa a filmar y la que empuja a registrar y a armar nuevos formatos. A no tener miedo si hay que hacer una promo, o incluso mezclar estos mundos tan especiales y sensibles como son el fútbol, la música, el cine, entre otros. Como productores, con Sol, ya habíamos hecho un libro solidario: “Grandes Chicos”. Ella estuvo al frente en la despedida increíble de mi carrera, en Brasil, “Sorin Eterno”, y juntos fuimos creando nuevos formatos para TV, para redes, para podcast, etcétera. Había que animarse a un largo… y lo hicimos. Mismo siendo independientes, confiamos, nos la jugamos y fuimos al frente sin dudarlo. La verdad fue muy emocionante el proceso como también lo es ahora la repercusión.
-¿Están pensando en otro proyecto?
Alac: Sí, surgieron varios proyectos muy lindos que estamos analizando, es espectacular la repercusión del documental. Cada uno nos cuenta sus historias y agradecen mucho la manera con la que encaramos, la sensibilidad que buscamos para contar esta historia. Además de lo que se viene, hay formatos que ya creamos que inician nuevas temporadas. En breve esperamos compartir lindas noticias.
-Si existen otros proyectos, ¿necesariamente tienen que ser con algo relacionado al fútbol, o piensan mostrar otras historias?
Sorin: -No tienen obligatoriamente que ser relacionados al fútbol. Pero es verdad que es mi hábitat natural y hay muchas historias que aún no fueron contadas y que pueden ser inspiración. Movilizar. Provocar. Dejar un legado.
-¿Qué importancia tiene que un futbolista o un ex futbolista se haga cargo de narrar historias así?
-No es obligación que por haber sido futbolistas todos tengan que plantearse hacer este tipo de cosas. Personalmente creo que es muy importante cuidar el fútbol desde este lugar también. Tener una voz y contar las historias que entiendo merecen ser reconocidas. Siempre vamos a cuidar y fortalecer la visión de los jugadores/as, de los entrenadores/as, y de los/as hinchas.
-¿Los documentales informan más allá de los artístico o ambas dimensiones son igual de importantes? Es decir, ¿están más cercanos a ser periodismo o cine?
De nuevo las gargantas a dúo. Ahí van Alac y Sorin: «Creemos que es una mezcla de las dos cosas. Aunque hay documentales que solo informan y están buenísimos. En «Érase…» sentimos la necesidad de que hubiera ficción. Utilizar ambos recursos. Voces diversas que fueron parte y que juntas crean un gran relato. Y, al mismo tiempo, no tener que mostrar puntualmente todo sino dejar silencios y lugar a la emoción. Como dice Vicente Del Bosque, ‘en definitiva, es lo más importante'».