Por Agustín Povalej y Joaquín Fernández
Ganador de la medalla de bronce con la selección argentina de vóleibol en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y reconocido en estos días como el segundo mejor jugador del mundo por la Federación Internacional de Voleibol, Luciano De Cecco se anima a meterse en el mundo de la comunicación.
Tiene una página web donde intenta darle más visibilidad al deporte: Luciano De Cecco – The Cecco 15. Allí hay noticias, entrevistas hechas por él mismo y diverso contenido.
Bajo una mirada crítica, el armador santafesino de 33 años, ahora jugador del Civitanova en Italia, dialogó con El Equipo sobre el deporte en Argentina, el periodismo actual y los espacios que se le da al vóley en los medios.
-Tenés una página web. ¿Cómo se te ocurrió la idea?
-La idea surgió hace bastantes años. Esta es mi segunda página, la primera fue alrededor de 2014 pero no estaba bien encarada. Para la de ahora me junté con el periodista Gabriel Rosenbaum, quien trabajó muchos años en el vóley. Le di la batuta a él y así comenzamos.
– ¿Cómo planteas el medio? ¿Hay gente trabajando para la página?
-Sí. Somos tres. Por ejemplo, una chica se encarga de la social media manager. Ella me ayuda con muchas cosas. La traducción, por ejemplo. Es una página bilingüe ya que está en español e italiano. Yo también hago de lo mío, pero es toda una inversión. Comunicar a la gente es gratis, pero llegar a la gente cuesta. Si querés alcanzar a más gente tenés que contratar sponsors o promocionar tus publicaciones. Con respecto al contenido, sé que estamos bien porque es diferente a lo que ofrece el resto. Hay mucha historia, contamos el trasfondo que viven los jugadores, más personal. Pero, bueno, te repito, cuesta mucho.
– Pero hubo algo que te llevó a hacer la página…
-Sí. Porque Argentina es solo fútbol. Nosotros, los jugadores no tan conocidos que tenemos mucho amor por el deporte y por la camiseta, debemos ser reconocidos como tales. Aunque sea un medio chico o grande. Además, el vóley no tiene la visibilidad que merece. Es una manera de aparecer cuando no salimos en ningún lado. También es darle una alternativa a las personas que no quieren ver sólo fútbol.
-¿Cómo es el vínculo entre el periodista y el voleibolista?
-No hay ningún tipo de vínculo. Y si los tenemos, son muy chiquitos. Por más que hablamos de Hugo Conte, Marcos Milinkovic o algún otro muy importante, tuvimos que ganar una medalla para aparecer en un medio como ESPN. Si no fuera por eso nunca hubiéramos aparecido en lugares así. El periodismo demuestra que es muy exitista y que tiene prioridades, el vóley no es una de ellas. Igualmente hay que aprovechar estos momentos, como el de Tokio, para dar más visibilidad.
– Lo de los Juegos Olímpicos armó mucho revuelo. ¿Cómo lo vivieron? ¿Vos cómo te enterabas de eso?
-Yo lo tuve aislado. Miraba pero no miraba. No me quería llenar la cabeza. Sí compartía alguna que otra historia o retuiteaba cosas, pero no quería estar en el jugo: yo quería estar en la vía paralela. La gente nos escribía por todas las redes, tenía muchísimos mensajes que hace muy poco terminé de leer. Unos días después, cuando casi todos ya se habían ido, caímos en la cuenta de lo que se había generado. Recién ahí caímos.
– Hugo Conté dijo que creía que a partir de lo ocurrido en los últimos Juegos Olímpicos el vóley iba a tener más espacio, pero que al final no fue así. ¿Creías lo mismo?
-Yo sabía que no iba a pasar. El vóley en Argentina no tiene las herramientas necesarias para manejar una situación como esa. No tiene armas como para explotar el deporte a nivel marketing. Nadie se esperaba que lográramos lo que hicimos. Falta experiencia para capitalizarlo.
– ¿Hay algo que se pueda o deba hacer para que el vóley sea más visible?
-Que los medios le den más espacio a los deportes que no son tan populares. Que la verdad no tenemos y tampoco vamos a tener. Si no es algo drástico como lo que pasó en Tokio, no va a suceder, lamentablemente. Igual creo que no digo nada nuevo.
-También te sumaste algunas veces a charlar por plataformas de streaming. ¿Te gustaría meterte más en ese mundo?
-Sí y no. Porque aún no me cae la ficha de que yo, jugador de vóley, tengo que hacer algo que ustedes, los periodistas, no hacen. Invertir tiempo, plata, gente, cuando mi rol es otro. Por eso hago y no hago. Muchas de las ideas que tengo no las termino haciendo por la misma razón.
– ¿Luego del retiro seguirías en el mundo de la comunicación?
-No, no creo. No soy muy comunicativo para estas cosas. Me encantaría crear la mentalidad de que el deporte no solo es ganar o perder, sino que es cuestión de cultura, crecimiento, entre otras cosas. Mi deseo también sería que todos los deportes tuvieran el espacio que se merecen, no que unos tengan y que otros no. Pero eso no lo puedo modificar yo.
– ¿Te sentís con responsabilidad a la hora de declarar?
-Para nada, yo digo lo que pienso. Al que le gusta bien y al que no, también. Total, peor que como estamos no vamos a estar. También hay mucha gente que es cómoda con sus pensamientos y no quiere escuchar lo que sucede. Entonces, hace un par de años ya me cansé. Lo que debo hacer desde el lado voleibolista está a la vista de todos. Pueden decir lo que quieran, pero creo que todos debemos saber lo que pasa. Hay que hacer autocrítica, esa es la base del crecimiento.
– ¿Consumís algún medio de comunicación?
-Ninguno, si total no muestran vóley, ¿qué voy a mirar?. No me gusta el fútbol, cero. Solo sigo un poco a la selección argentina, básquet un poco y cuando pasan el vóley.
– ¿Cómo se debería comunicar el vóley?
-Como todos los otros deportes. Hay que mostrar quiénes son, dónde juegan, qué hacen. Para saber quién es bueno y quién es malo hay que saber, mirar el deporte. Todos estaban contentos porque le habíamos ganado a Brasil, más que por la medalla. Daban a entender que si no era contra Brasil no interesaba. Hay jugadores de la selección que son poco conocidos y no se les da el reconocimiento que merecen.