Por Federico Campaña y Santiago Fishman
Luis Escobedo es un ex combatiente que debió ir a las Islas Malvinas con tan solo 18 años. Su particularidad es que fue futbolista y antes de ir a la guerra jugaba en Los Andes. Una vez de regreso, volvió a las canchas para ponerse la camiseta de ese equipo. De esa su experiencia en las Malvinas y de las percepciones en las que la articula con el deporte y con los medios de comunicación, conversó con El Equipo.
-¿Qué significa para vos el 2 de abril?
-Quizás uno dice “no, es lo mismo” o “es como cualquier día», pero no: llegado ese 2 de abril, cuando ya se empiezan a mostrar videos o programas, uno se retrotrae a lo que vivió y los sentimientos afloran un poco. Si bien hay muchas cosas que se nos han olvidado, las más difíciles quedan vigentes. Y siempre pienso en lo que vivimos. Hoy hay una guerra en el mundo y toda la sociedad se sorprende por la crueldad. Y nosotros hemos vivido eso y más todavía porque estábamos en un lugar donde no había comida, el frío era demasiado y éramos jóvenes sin experiencia en guerra. Este 2 de abril pudo ser un poco especial por los 40 años, pero en mi caso yo considero que los verdaderos héroes que hay que recordar son los 632 veteranos que quedaron allá en Malvinas y sus familias.
-¿Cómo te enteraste de que ibas a ir a Malvinas? ¿Cuál era tu vínculo con el fútbol?
-Yo ya jugaba en la primera de Los Andes con 17 años, y a los 18 me tocó el servicio militar así que estuve un año sin jugar. Cuando salí, al poco tiempo, ya estaba con el plantel de Primera. Era marzo del 82. Estando con el grupo, se toman las Malvinas y yo jugaba contra San Lorenzo en cancha de Independiente. El partido fue un sábado a la noche y empatamos 3-3. Al otro día, cuando leí el diario para ver el comentario del partido, me encontré con que mi compañía estaba acuartelada y estaban llamando a todos los que habían hecho el servicio militar. El lunes me presenté sin poder avisarle a mi familia porque en aquel momento no había teléfonos y el martes ya partimos para Río Gallegos.
-¿Qué recordás de ese momento?
-Desde un camión, miré a mi papá y a mi mamá a lo lejos. Los salude así nomás y viajamos al sur donde no nos decían a qué íbamos. No teníamos ni noticias de nada. Sabíamos que había pasado algo con Malvinas y nos acuartelaron. El jueves llegamos a Río Gallegos y ahí me comunicaron que a la noche viajábamos a Malvinas. Fue una sorpresa muy grande para todos nosotros. Ese día viajamos a las 11 de la noche y llegamos a las 0 horas del 15 de abril. Al abrirse la puerta del avión, el viento, la lluvia y el frío fueron nuestra recepción en las Islas.
-¿Estando en las Malvinas pudieron escuchar cómo se manejaban los medios de comunicación en plena guerra? ¿Cómo viste la función de los medios en la guerra?
-Cuando llegamos allá fue todo muy cotidiano y, a medida que pasaba el tiempo, las cartas que llegaban y los diarios que recibíamos, no eran las noticias que nosotros estábamos pasando. Escuchábamos que las flotas venían con todo su armamento y, después, a medida que nos atacaban, cuando llegaron los barcos y los aviones, las noticias acá no eran las que verdaderamente estábamos pasando allá. No circulaban muchos videos de cómo vivíamos todos nosotros, de lo que padecíamos, del frío y del hambre, del clima tan hostil que había. Y, encima, en una guerra. Hasta hoy no hay mucha información de lo que verdaderamente pasamos nosotros. El material que hay es todo inglés.
-Cuando terminó la guerra y regresaste a jugar al fútbol, ¿los medios buscaron interiorizarse en tu historia?
-Durante mucho tiempo, los medios jamás se interiorizaron en nada. Yo llegué y abandoné el fútbol por un tiempo, pero después lo retomé. Nadie de los medios me preguntaba nada ni había muchas noticias de que yo era un ex combatiente o algo por el estilo. Esos primeros diez años fueron de una total ignorancia hacia la guerra. Nosotros fuimos a la guerra con pibes de 18 años a defender a todos los habitantes del país. Hoy sigue siendo de la misma manera. Por eso ,la lucha nuestra desde que llegamos es por reivindicar nuestros derechos, pero hay muchos políticos a quienes no les interesa.
-¿Cómo fue volver a jugar al fútbol después de haber estado en Malvinas?
-Volver de allá no fue fácil. Yo abandoné el fútbol, no quería jugar solo quería trabajar, así que durante un tiempo no hice nada, hasta que me llegó una citación para ir a trabajar. Pero mi viejo me llevó a ver a Los Andes contra San Lorenzo en cancha de Vélez. Cuando fui y vi el partido con toda esa gente, cambié el pensamiento y volví a entrenarme. Fue algo muy vertiginoso y especial porque a las dos semanas estaba jugando en Primera. Retorné contra El Porvenir de local. Me ayudó muchísimo para poder salir de ese pozo depresivo.
-¿Cómo ves que el periodismo y el deporte aborda la guerra de Malvinas?
-El fútbol sigue su camino y no tiene por qué detenerse en Malvinas. Yo creo que para la fecha todos rinden su respetuoso homenaje, pero no es responsabilidad de ellos que la gente, la sociedad o el país sepa lo que pasó allá en la isla. Esto es responsabilidad de los políticos que ignoran la guerra de Malvinas.
-Hace un tiempo volviste a Malvinas y te llevaron preso. ¿Creés que los medios te ayudaron a difundir ese mal momento que tuviste que pasar?
-En 2019, viajé con seis o siete compañeros de Lomas de Zamora. Nos arrestaron allá. Estuvimos dos días presos en el hotel, dos días de incertidumbre. Por suerte, se aclaró todo. El tema es que cuando volví quise poner en mi Facebook lo que me pasó, pero contándolo de la manera más simple. Se hizo un asunto muy grande porque me hablaron de todos lados. Se difundió demasiado. Por un lado, estuvo bueno porque me llamaron de Italia, de Estados Unidos, de todos los países de América del Sur, hasta creo que en la isla se difundió. Pero por otro lado los ingleses, en especial los kelpers, son muy resentidos. Creo que no voy a poder entrar más. Igualmente me puse contento porque los medios me ayudaron a divulgar lo que me pasó en Malvinas.
-¿Qué opinas de los medios de comunicación actualmente?
-Hoy se sabe todo, se televisa todo. Yo jugué un Colón-Unión después de 7 años que no se jugaba con un estadio repleto y no se vio casi nada. Es importante que los medios difundan todo. Nosotros nos sorprendemos hoy por la guerra de Ucrania, pero ¿te imaginas lo que hubiese sido la guerra de Malvinas con los medios en otra condición? Hubiera ayudado mucho.