Por Juan José Panno (*)
Hace un tiempo, no tan lejano, en las páginas policiales de los diarios se leían noticias referidas a procedimientos casi calcadas, porque los partes enviados por el departamento central de policía solían ser reproducidos tal cual llegaban a la redacción. Cuando morían supuestos delincuentes en un tiroteo, se leía: “Una comisión policial que pasaba por el lugar y vio a los malvivientes en actitud sospechosa dio la orden de detención, pero los malhechores, lejos de acatar esa orden, abrieron fuego generándose un tiroteo que culminó con la muerte de los sujetos”. Algo parecido pudo haber ocurrido con el reciente caso del futbolista Lucas González, pero la aparición de filmaciones y testigos desenmascaró la trama de mentiras que se había empezado a gestar.
Por razones ideológicas o por pereza intelectual, el periodismo general es cómplice en muchos de estos casos. Los eufemismos son usados muchas veces como un modo de maquillar la verdad. «La inquietud de los mercados” con la que se asusta por lo general al receptor de noticias debería ser traducido como el interés de las empresas que dominan la economía nacional. “Dramas pasionales” se decía en los casos de femicidio antes de que los colectivos feministas desarrollaran una intensa lucha para que se llamen a las cosas por su nombre.
Desde la perspectiva de la derecha, el diario El Tiempo de Bogotá se queja de expresiones como socializar y visibilizar a las que llama eufemismos con tendencia de izquierda. «¿Qué es eso de visibilizar a las personas en situación de calle?”, se pregunta.
En el periodismo deportivo también hay ejemplos interesantes. Los relatores y los comentaristas de cadenas que tienen los derechos de transmisión de un partido pueden calificar a ese encuentro como “no tan atractivo en lo técnico, pero muy intenso”. Se puede sospechar que el partido es malísimo. Y lo mismo con los campeonatos locales que se presentan como “los más competitivos del mundo” cuando sabemos todos que el nivel es parejo hacia abajo.
El reciente cruce de periodismo deportivo y policial en el caso del joven Lucas González es elocuente.
Lo que sigue es una reciente cabeza informativa del portal Infobae: “El abogado de la oficial de la Policía de la Ciudad Lorena Miño, que se entregó ayer a la Justicia y hoy fue indagada por el presunto encubrimiento de la muerte de Lucas González (17), aseguró este martes que su clienta se declaró inocente ante el juez pero, además, involucró en el caso a otro colega que aún no está identificado.”
También en muchos programas deportivos se escuchó hablar de “la muerte” o “el fallecimiento” del pibe como si se tratara de un hecho natural y no de un asesinato.
(*) Fundador de TEA y Deportea