Por Juan José Panno (*)
(Desde Doha, Qatar)
Vi el partido de Argentina-México en el estadio Lusail, a pocos metros del cielo. Al lado mío, un periodista de treinta y largos años, Francisco Alí, del sitio Vermouth Deportivo (vermouth-deportivo.com.ar). Tenía una cámara Nikon, con una lente poderosa, una laptop que conectó como pudo en los enchufes no siempre activos con wifi fluctuante y, mientras tanto, con el teléfono contestaba preguntas que le hacían desde Buenos Aires sin quitar la vista del partido, porque escribía al tacto.
Trabajaba muy concentrado en todas las tareas: click de foto, taca de la compu, uno dos tres probando del telefonito. Cuando Di María la tocó para el medio, dijo “pegale, pegale” y, al ver que la pelota impulsada por Messi se metía, giró hacia su izquierda y me abrió los brazos para celebrar el primer gol frente a México. Nos dimos un abrazo de hermanos que duró segundos que parecieron eternos y siguió en lo suyo: el sitio, la radio, las fotos para instagram, twitter y yaya a saber cuántas cosas más.
Ya habíamos visto en Rusia en el 2018 a muchos periodistas multimedios en sí. Volvimos a ver en este Mundial a muchos cronistas sin camarógrafo, parados delante de un trípode con la cámara en funcionamiento, interminables chamuyos a veces en más de un idioma. El periodismo de estos tiempos exige manejo de idioma, conocimientos tecnológicos, capacidad de adaptación, versatilidad, intuición para saber por dónde pasan las cosas y un gran estado físico.
La propia FIFA, inclusive, da una señal de los tiempos cambiantes. Le presta mucha atención a los youtubers y a los influencers. Casi que les presta una consideración especial.
Pero lo que no cambia, lo que sigue manteniendo vigencia desde Montevideo en 1930 hasta nuestros días es el contenido. Hay que estar muy preparado para darle respuestas a un público exigente que no se conforma con sanata ni con historias vacías, ni con descoloridas notitas de color.
Bienvenida la tecnología para apoyar y mejorar la tarea de los que siguen creyendo que el periodismo es un servicio que nos ayuda a crecer.
(*) Periodista y fundador de TEA y Deportea.