Por Sebastián Mongelos y Dante Dorigo
Es año olímpico. Los deportistas encaran los últimos cinco meses: algunos ya clasificados y entrenándose de cara a París, otros intentando conseguir más resultados para conseguir un boleto a la capital francesa. Osvaldo Arsenio, quien fue director nacional de Deportes y es extendidamente considerado uno de los grandes entrenadores de natación del mundo, está en Alemania, cerca del que será el lugar de los hechos. Pero no pierde de vista lo que ocurre en la Argentina. Pocas voces tan experimentadas, tan sapientes y tan apasionadas para abordar el tema. Se sumergió en la actualidad nacional del deporte, criticó la cobertura en los medios y la comparó con Europa.
-¿Creés que los medios de mayor alcance abarcan bien los torneos grandes? ¿O dependen del contexto del deporte/deportista en cuestión?
-Los medios tienen la lógica del dinero. Apuntan a lo que trae mayor rédito económico y al producto en el que tienen intereses. Hoy, en general, en Argentina solamente hay cobertura masiva del fútbol. Se ha ido perdiendo incluso la de otros deportes profesionales como básquet, vóley, boxeo, entre otros. Ni que hablar de deportes amateurs como la natación, el atletismo o la gimnasia, que casi ha desaparecido de los medios y solamente tiene cobertura un poco antes y durante los Juegos Olímpicos. Casi no hay periodistas que estudien profundamente lo que se llama «deportes varios», que son todos los que no son el fútbol y que pueden parecer hasta descartables a los ojos del futuro periodista. El problema es que ninguno puede vivir razonablemente bien de opinar de un deporte amateur porque los dueños de esos medios no te pagarían. Por ende, todo pasa a ser un tema de ganas de aprender y voluntad personal. Los grandes eventos deportivos como los Juegos Olímpicos no son en general bien abarcados. Por supuesto que hay excepciones y periodistas que luchan por cambiar la situación.
-¿Qué tan distinta era la difusión de los periodistas cuando eras director nacional de Deportes?
-No pasó tanto tiempo desde que fui director nacional en la primera parte de este siglo. La difusión era en ese momento algo mejor, pero no la ideal. Para encontrar mejores coberturas te tenés que ir 50 o 60 años atrás, y ese era otro deporte, eran otras empresas periodísticas y otro mundo.
-Allá en Alemania, o en Europa en general, ¿es diferente el comportamiento de los periodistas con los Juego Olímpicos?
-Aquí en Alemania, y en casi toda Europa, hay mayor y mejor difusión de los deportes. Hay medios especializados en los de carácter amateur y otros en los profesionales. Si bien hay una mayor difusión del fútbol, se puede ver televisión, diarios y revistas con noticias de otros deportes.
-¿El periodismo argentino está muy lejos de parecerse al europeo en ese sentido de difusión?
-No es que esté lejos con respecto al europeo, es que ni siquiera muestran interés en muchos deportes, porque cubrir no es cada cuatro años en los Juegos Olímpicos. Esto sucede porque en la agenda de los medios no existe la información de deportes que no sean profesionales. El público se entera inmediatamente de las puteadas que se ligó un arquero por un gol que se comió cuando salió en un córner a cazar mariposas. Y la gente también se entera enseguida de que vieron a un prometedor delantero en un boliche con dos chicas y chupando whisky, porque eso es noticia para el dueño del medio. El periodista que cobra por la primicia del boliche puede hasta terminar pensando que eso de los chismes es el deporte. Es un gran riesgo. Ya no se habla de los deportes amateurs, pero se puede terminar por opinar del deporte como se hace de la vida de la gente en los programas berretas de la tarde. Te dirán entonces que es una cuestión de oferta y demanda. “Los televidentes quieren eso”, dicen muchos para justificar. Te puedo asegurar que no es así.
-¿Creés que puede cambiar esto? ¿O cada vez el periodismo está más ligado al negocio?
-Tengo la esperanza de que cambie. Alguna vez fue diferente. Hay que presionar para que eso ocurra en la medida y la posibilidad de cada uno. La información y el conocimiento del deporte también pueden ser atractivos para el público.
Si se permite que se continúe idiotizando a la gente, lo más probable es que se cumpla el objetivo de que los que miran un programa de chimentos crean que eso es el deporte. Hay que luchar.
-¿Cómo vienen preparados los nadadores argentinos después de los Juegos Panamericanos y el Mundial de Doha? Especialmente Macarena Ceballos, una de las clasificadas a París, y Agostina Hein, quien con 15 años es revelación.
-Pienso que hay tres nadadores que por sus resultados internacionales de los últimos dos años pueden estar entre los 20 primeros en los Juegos de París: Agostina Hein, en 400, 800 o 1500 metros libre; Ulises Saravia, en 100 espalda; y Macarena Ceballos, 100 y 200 pecho. Los tres, de mantener sus mejores marcas en esas pruebas, pueden clasificarse a semifinales, lo cual es muy importante. Es decir, estar entre los 16 primeros del mundo en un torneo tremendamente competitivo. Para mantener o incluso mejorar su nivel estimo que deben estar en todas las competencias en el exterior, tener entrenamientos especiales preparatorios en todos estos meses que faltan y que estimen sus entrenadores personales.
-¿Cómo manejas los resultados en los nadadores que entrenabas o entrenás? ¿Afrontaste algo similar a lo que les ocurrió a Agostina o a Delfina Pignatiello?
-El entrenador de cualquier deporte no puede, o no debería, saber solamente de entrenamiento. Debe trabajar para crecer en su manejo de las situaciones emocionales que se presentan producto de las presiones competitivas. Es un técnico, un líder, pero también un docente. La natación es un deporte en el que se empieza a edades muy tempranas y es un recorrido muy difícil y de muchos años sin las ventajas económicas de otros deportes, por lo tanto lo emocional y lo afectivo, es decir todo lo humano, tiene un rol tan importante como los kilómetros que se nadan. Yo particularmente busqué mejorar mi perfil y crecer como entrenador estudiando otras áreas importantes. Soy psicólogo social.
-En una nota reciente en Página/12, hablás sobre un calendario apretado por el tema de los sponsors. ¿Afecta mucho el escaso tiempo que hay de preparación entre cada uno?
-La natación, como casi todos los deportes de tiempo y marca, necesita de un tiempo de preparación física y técnica importante y prolongado todos los años para mantener o mejorar sus marcas. En este sentido de la preparación son muy diferentes a los juegos deportivos como por ejemplo el fútbol, en el que el jugador necesita estar bien 50 o 60 partidos al año. Un nadador no puede competir con grandes marcas 50 veces al año. La tendencia actual es que haya cada vez más competencias. Será quizás bueno en lo económico, pero va a dificultar mucho la preparación.
-Si esto sigue así y nadie dice o advierte la situación, ¿la calidad del deporte se verá dañada en poco tiempo?
-Esta pregunta es muy importante. Deportes como la natación o el atletismo van a cambiar sus sistemas de preparación para adaptarlo a uno que permita competir con más frecuencia. Las marcas se verán relegadas, afectadas, y los récords durarán muy posiblemente más tiempo. Se competirá para ganar y no para lograr un gran tiempo, el concepto será diferente. A los mejores les pagarán por ganar, no importaría entonces tanto la mejora de los registros. Para mi opinión es un retroceso.