Para siempre Juanchi

Por Valentín Almandos (*)

Recuerdo muchas cosas.

Recuerdo cuando te conocí. Te destacabas entre los demás, por tu carisma y por la sonrisa
en tu cara, esa que quedó impregnada en mi memoria y en la de todos aquellos que te
quieren.

Recuerdo esos innumerables recreos y esas horas libres que pasamos juntos. A veces
estábamos con el resto de los chicos, otras solo vos y yo. Los chistes constantes, dignos de
dos chicos dando sus primeros pasos en la adolescencia.

Recuerdo aquellas juntadas en tu casa para jugar a la play, las risas y mis broncas por no
saber perder. Las convivencias, los trabajos prácticos, todas las pequeñas cosas a las que
yo no les daba importancia en ese entonces, pero que hoy son tesoros más valiosos que
cualquier otra cosa en el mundo.

Pero, sobre todo, te recuerdo a vos. Cómo cada día de tu vida era una nueva pelea contra
ese maldito destino. Sabías que algún día te iba a ganar la pulseada, pero no te importó,
siempre te volviste a levantar cada vez que te tiró al piso.

Sin embargo, y a pesar de haber vivido dos años más de lo previsto, el tiempo siempre se
va a quedar corto. Todavía recuerdo cuando me enteré de que era poco probable que pasaras
los 18, la tristeza que sentí por la sola posibilidad de tener que despedirte antes de siquiera
terminar el secundario.

Por eso fue un golpe tan fuerte verte en esa cama, con todos esos cables y conviviendo con
un silencio que ya conocía pero al que todavía no me acostumbré, y seguramente nunca lo
haga. Aún así, creí que saldrías adelante, que volvería a verte reír, incluso aún estando en
ese cuarto de hospital, hablando de la vida, de la carrera de periodismo, de todo.

Juanchi, no te das una idea de lo que te extraño. Fuiste muy importante para mí, así como
lo fuiste para todos aquellos que alguna vez te conocieron de verdad. Ojalá hayas podido
ver todas las personas que estuvieron en tu despedida en la sala de la calle La Pampa,
todos los que lloraron a moco tendido por vos. Ojalá hayas podido vernos a mí y a tu
hermano con la de Vélez puesta, locura que haríamos por vos, y solo por vos, una y un
millón de veces más. Ojalá estés cuidando de tu vieja, así como ella te cuido sin descanso,
haciendo hasta lo imposible por verte feliz.

Ojalá que dónde sea que estés, no te olvides de nosotros, porque nosotros no te vamos a
olvidar. No te vamos a dejar morir tan fácil, porque solo muere aquel que es olvidado.

Un poco más del gran Juanchi en este video que prepararon sus compañeros y amigos de 3C de Deportea)

(*) Estudiante de primer año de Deportea, amigo y compañero de Juanchi Flores Valentini enla escuela secundaria