Por Julieta Grillo y Sebastián Martín
Antes, durante y después. Siempre. En todo momento, cuando un partido va a comenzar, la mirada está
plenamente en cuatro personas: los árbitros. Antes, para ver su eficiencia. Durante, desde una falta que quizás podría ser amarilla a una roja determinante que no cobró. Después, con un “si no cobraba esto el partido era otro”. Así es como seres humanos cumplen un rol dentro de un deporte que los juzga todo el tiempo. Los medios de comunicación, los jugadores, el cuerpo técnico, el alcanzapelotas, todos, son jueces. Todos saben o perciben mejor las infracciones mejor que el que estudió. Salomé Di Iorio, con años de trayectoria y reconocida en AFA y FIFA, contó la intimidad del arbitraje y todo lo que conlleva.
– ¿Qué es lo más difícil de ser árbitra?
-Mantenerse siempre en buen estado físico y emocionalmente positivo para cada partido, especialmente cuando cometes algún error. No podés permitirte ninguna debilidad porque los/as jugadores/as lo perciben al instante.
– ¿Cuánto afecta la crítica desmesurada del hincha y, en especial, de los periodistas?
-Personalmente, no me afecta en relación el arbitraje, pero sí me fastidia mucho cuando opinan sin conocimiento y critican en forma equivocada por ignorancia.
– Cuando están, ¿las comprendés?
-A veces sí, y es obvio que no soy perfecta y como ser humano puedo equivocarme y fallar, y en ese caso soy la primera crítica ante un error. Pero sé que estoy expuesta a eso, porque forma parte de mi trabajo y entreno día a día para minimizar los errores posibles al máximo. De todas maneras, comprendo y acepto la crítica, pero siempre que sea constructiva y de buena fe.
– ¿Te afecta para seguir tomando decisiones o están entrenados para soportarlo?
-A mí no me afecta en el momento, pero por supuesto trabajo el aspecto emocional para que así sea. La experiencia y trayectoria también ayudan mucho a que los/as jugadores/as acepten más un error. Pero obvio que cuando llego a mi casa y lo veo por televisión, me quiero morir.
– ¿Creés que la terna arbitral está siendo evaluada a cada paso que hacen?
-Sí, permanentemente.
– ¿Sucede lo mismo con los demás protagonistas de un partido?
-Mucho menos.
-¿Recordás tu primer partido arbitrando al fútbol masculino?
-Sí, claro. Fue como asistente en un partido de infantiles. Luego dirigí juveniles y desde el 29 marzo de 2006 dirijo reserva de primera división. El primer partido fue entre Arsenal y Estudiantes de La Plata. También dirigí el ascenso, pero de manera más espaciada.
– ¿Sentiste en primera o segunda persona una mirada “despectiva” por parte de los hinchas y medios de comunicación solo por ser mujer?
-Sí, varias veces. Especialmente al principio de mi carrera, cuando éramos muy pocas árbitras y nadie nos consideraba por nuestra capacidad, sino que únicamente hacían hincapié en el género.
– ¿Crees que a una mujer la toman menos en serio o le quitan autoridad dentro del campo de juego que a los hombres o el trato es igual?
-No, ahora ya lo toman con naturalidad que una mujer dirija masculino (porque en femenino ni siquiera se menciona si hay una árbitra o árbitro). Si es cierto que en general (tanto en hombres como mujeres), a veces, el trato no es muy cordial, pero simplemente por ser la autoridad. Lamentablemente es una situación frecuente en nuestra sociedad, no respetar a la autoridad.
– ¿Creés que ayuda el hecho de que haya cada vez más mujeres dentro de los medios para combatir contra esa “mirada despectiva” para con las árbitras como para el fútbol femenino en general?
-Sí, creo que eso suma.
-Los árbitros muchas veces no salen a aclarar las decisiones que toman dentro del campo de juego. ¿Es por una cuestión de ustedes o de la AFA?
-Generalmente, de la AFA. De todas maneras, no debemos aclarar nuestras decisiones, pero a veces considero que sería bueno hacerlo, cuando hay desconocimiento de lo reglamentario.
-¿Qué opinión tenés acerca de los medios de comunicación tradicionales y de la forma de comunicar que hay ahora?
-Siempre que se comunique con seriedad, respeto y conocimiento, la verdad, me da igual. Pero, soy muy formal y a veces me siento más cómoda con la comunicación tradicional.