Sebastián Torok egresó de Deportea y muy joven ingresó en el diario La Nación, donde trabaja desde hace 25 años. Es especialista en tenis. También se desempeña en ESPN, relatando y comentando partidos del circuito. Es el autor, entre otros trabajos, de una recordada nota en la que el ex tenista Guillermo Pérez Roldán denunció a su padre. Antes de desembarcar en el tenis, Torok cubrió rugby y fútbol.
De la charla con los responsables de Los secretos del oficio en el periodismo deportivo participó el alumno Ianick Faiman, quien preguntó:
-¿Cómo se inserta uno en el mundo del periodismo, más que nada en el ambiente del tenis?
Esto respondió Torok:
-Mirá, yo lo que siempre intento decirles a los alumnos es que lean y mucho. Y no sólo, por ejemplo, en este caso, de tenis, sino que de abrir la mente. Siempre es muy importante estar informado, saber qué es lo que pasa en el mundo porque no es lo mismo entrevistar a alguien nacido en Mónaco que puede tener ciertas facilidades o costumbres que hacerle una nota a un serbio que vivió la guerra. Es muy importante saber qué es lo que pasa en el mundo y conocer el contexto del protagonista o del equipo. Eso, por un lado, y, después, vinculado a lo que es el tenis, va más o menos de la misma manera. Es tratar de poner la lupa en lo que pasa, no sólo dentro de la cancha, que obviamente ahí te dan muchas historias, pero sino también lo que pasa afuera. He tenido la chance de hacer notas sobre apuestas y arreglo de partidos, los abusos, los doping, tenés que mirar todo lo que pasa en el deporte que elijas, ¿no? Me parece que es importante. Y, en cuanto a la posibilidad de insertarse, no sé puntualmente cómo se manejan hoy los medios en ese sentido a la hora de tomar gente, pero creo que siempre es interesante tener un proyecto propio y a partir de ahí tratar de salir a la cancha y tocar puertas. Tratar de conocer gente, de ir a los eventos, porque ahí, en ese cara a cara, se suelen abrir posibilidades. No tener vergüenza de presentarte, siempre con respeto. Y estar preparado, preguntarse siempre qué puede ofrecer uno, que tiene uno para decir.
