Por Marcelo Rosasco (*)
Por estas horas, seguramente la atención del director técnico de España, Luis Enrique, sea cómo resolver los problemas que le pueda plantear Marruecos a su equipo, cuando se enfrenten por los octavos de final del Mundial de Qatar. Pero hace un puñado de días, cuando La Roja recién estaba aterrizando en el país asiático, Luis Enrique fue centro de atención por anunciar una novedosa ¿novedosa? idea de alterar la agenda mediática de comunicarse con los hinchas vía streaming a través de su propio canal. Él mismo calificó a la idea de “descabellada pero interesante”. Argumentó que les permitiría, a quienes se conectaran, información de primera mano, sin la intermediación del que supone que es el canal natural de transmisión, los medios periodísticos, sobre los pasos en Qatar del equipo que conduce.
La idea de Luis Enrique puede sonar descabellada por lo disruptiva pero grita un debate sobre el rol cada vez más desgastado del periodismo, en el que su autoridad para anunciar “verdades” está cada vez más cuestionada. Sin medios en el medio, ahora la información llega sin ruido, “limpia”, lejos de todo condicionamiento y recorte, y le posibilita al tradicional receptor dejar de ser un sujeto paciente para mutar en un medio en sí mismo, activo y con capacidad, facilidad y hasta cierta economía de recursos, para reproducir “su” verdad, lejos de las versiones tamizadas que les ofrecen los medios tradicionales.
Pues bien: ante este panorama, no sería descabellado e interesante preguntarse cuánto tardará en desaparecer el periodismo tal como se lo concibe. O qué recursos tiene para reinventarse y recuperar su rol de buceador de la realidad para recortarla en función de los intereses colectivos y no de las aspiraciones empresariales, sin que afecten fuentes de trabajo o se corrompan idearios.
Quizá, una buena estrategia para lograrla sería ponerle un ojo a las decisiones que tome el entrenador de España para tratar de que los suyos hagan lo que tengan que hacer en la cancha para recuperar la credibilidad de los hinchas.
(*) Periodista y docente en Deportea.