Fernando Duclós es periodista, graduado en Deportea, con experiencia profesional en medios como Goal, DPA y Clarín. Publicó el libro Crónicas Africanas (La Parte Maldita, 2015), que reúne los textos que produjo cuando estuvo en ese continente. Viajero constante, desarrolla desde el 30 de enero al proyecto periodístico Periodistan (En twitter: @periodistan_; en IG: periodistan1; en FB: periodistan), por el que hace y hará notas en su recorrido por la Ruta de la Seda, desde España a China, con foco frecuente en el deporte. En el curso de ese itinerario, ya contó, por ejemplo, la historia de un qatarí hincha de Boca con el que se topó en Budapest. Ese video fue tomado y viralizó por muchos medios tradicionales.
-¿Cómo surgió la idea del trabajo?
-Hay una multiplicidad de factores que llevan a encarar un proyecto así. Hace mucho tiempo que tengo el deseo de hacer la Ruta de la Seda. Me interesa mucho la historia y empecé a estudiar esos territorios. En el plano de lo material estaba trabajando como corresponsal en Río de Janeiro para la agencia alemana DPA. En noviembre DPA cerró. Me encontraba sin pareja, sin trabajo. Cobré una indemnización, que no fue gran cosa, pero sumaba. ¿Por qué no ahora el proyecto que venía soñando hace mucho?
-¿Cómo lo planeaste?
-Lo vengo proyectando hace rato. Es como ver partidos de fútbol por tres años seguidos hasta que un día jugás; por más que nunca hagas el viaje ya lo tenés planeado. Hace mucho vengo estudiando e investigando estos países. Después, cómo comprar los pasajes o el pensar la ruta, es algo que armo día a día. Por ejemplo, estaba en Macedonia y leí una nota sobre un pueblo en Kosovo a unos 150 kilómetros. Me pareció muy interesante y fui, pero no lo tenía pensado. La planificación viene también con el momento, con lo que me gustaría hacer. Pero para no perderme en eso, tengo ciertos lugares a los que voy a ir sí o sí. ¿Cómo llego a ellos? Lo voy viendo según lo que me dice la gente y lo que voy averiguando.
-¿Cómo se financia un proyecto así?
-No hay mucho secreto la verdad. En mi caso con la indemnización,que me suma, no mucho, pero me sirve para viajar. Además, trato de ir vendiendo a los medios algunas notas que hago en los lugares en los que estoy. Ya vendí varias. La gente cree que en estos tipos de viajes se gasta un montón de plata.Depende de cada uno. Muchas veces voy a dedo, es decir gratis. O me alojo en casa de familia, gratis. Al final uno termina gastando lo mismo que alquilar un piso en Buenos Aires, con todos los servicios incluidos el Wi-fi. ¿Cómo se financia? De la misma manera que lo haría si estuviera viviendo allá: con plata que conseguí trabajando y que uso para esto.
-¿Por cuánto tiempo vas a realizar este proyecto periodístico y de vida?
-Todavía no lo sé, me voy poniendo objetivos porque ya no tengo 18 años y la plata se acaba. Por el momento, quiero llegar a Estambul. Cuando esté allí diré “bueno, quiero llegar a Teherán” y ahí, capaz, digo “ya está”, o digo “no, pará, estoy cerca, quiero llegar a Islamabad, capital de Pakistán”. Voy viendo. Yo no creo viajar más de un año porque no me da la plata, no me da el cuerpo, pero por ahora van tres meses y estoy tranquilo. Seguiremos viendo.