Por Jerónimo Spangenberg y Thomas Márquez Crispino
La argentina Milagros Miceli es socióloga, ingeniera informática, y una figura reconocida a nivel mundial en cuanto al funcionamiento de las inteligencias artificiales, sobre todo gracias a dirigir el proyecto Data Workers Inquiry, una iniciativa que visibiliza la tarea de quienes hacen el trabajo de datos detrás de los sistemas de IA. Su labor en el área la ha llevado a ser reconocida recientemente por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes en el campo de la Inteligencia Artificial, lista que comparte con figuras como Elon Musk y Mark Zuckerberg, entre muchos otros. Actualmente vive en Alemania, donde se desempeña como investigadora principal en el Instituto DAIR, jefa de la unidad de investigación de Datos, Sistemas Algorítmicos y Ética del Instituto Weizenbaum y como profesora en la Universidad Técnica de Berlín. Desde esa saber y esa experiencia, charló con El Equipo.
-Como breve introducción, ¿qué es la Inteligencia Artificial?
-Cuando hablamos de Inteligencia Artificial, estamos hablando de “términos paraguas” que cubren varias cosas. Hablamos de un conjunto de tecnologías que, a grandes rasgos, lo que hacen es el reconocimiento y la repetición de patrones. Entonces, aprenden de una serie de patrones y lo que hacen es reconocer, predecir y clasificar según esos patrones que se les ha enseñado. También es importante destacar que, cuando hablamos de Inteligencia Artificial, no estamos hablando de cosas abstractas como “la nube” ni de que está hecha de aire y vibras, sino que se trata básicamente de tres cosas: trabajo humano (en muchos casos precarizado); capacidad de cómputo (lo que también tiene que ver con una concentración de poder, porque no cualquiera tiene la capacidad de cómputo que requieren estas tecnologías), y fórmulas matemáticas (lo que conlleva otra vez el trabajo de ingenieros y de las personas que tienen la capacidad de hacer esto).
-¿Quién abastece la Inteligencia Artificial? ¿Es realmente artificial?
-Hay dos grandes fuentes que abastecen a la Inteligencia Artificial. La primera es la naturaleza, la tierra, y estamos hablando de tecnologías que consumen muchísimo de los recursos naturales que tenemos para poder existir. Son tecnologías muy dañinas también para el medio ambiente, hay que decirlo. La segunda fuente somos nosotros, los seres humanos. ¿Cómo? Bueno, por medio de trabajo pago y también de trabajo no pago, el trabajo de los usuarios. Si vos, por ejemplo, alguna vez hiciste uno de esos captcha donde te dicen: “probá que sos humano” y te piden marcar todos los casilleros donde ves una escalera, o un auto, etcétera, eso es lo que se conoce como trabajo de datos. No es otra cosa que un trabajo de anotación de datos. Eso lo hacemos los usuarios a gran escala en muchas instancias.
-Hablaste de precarización.
-Pero también está el trabajo de las personas, estas trabajadoras de datos en las que yo me especializo y con quienes trabajo muy de cerca. Se trata de personas que trabajan en condiciones muy precarias, en muchos casos en trabajos tercerizados. No trabajan en los lugares donde se realizan las fórmulas matemáticas y donde están estos ingenieros. Están alejados simbólicamente porque no se los reconoce de la misma manera, pero también geográficamente, porque están en otros países, no son empleados de las mismas empresas, sino que están tercerizados. En muchos casos, este trabajo de datos se terceriza a lugares del mundo donde conviene, donde hay pobreza, inflación, altos índices de desempleo. Entonces, ahí encuentran un pool de personas dispuestas a trabajar por lo mínimo.
-¿Cómo viven y a quiénes contratan para que carguen la información en la IA?
.Estamos hablando de grandes empresas de tecnología como Meta, Google, etcétera. Digamos, cualquiera que hoy desarrolle Inteligencia Artificial a escala (no proyectos ni prototipos, sino a gran escala) contrata trabajadores y trabajadoras de datos. ¿Cómo viven estas personas? La verdad es que no viven bien. Lo que ganan es realmente para sobrevivir. Además, el trabajo no tiene perspectivas, no pueden hacer carrera. Primero, porque las empresas les ponen un techo de cristal. Segundo, porque en todos los casos firman acuerdos de confidencialidad con las empresas, lo que ni siquiera les permite poner en el CV que trabajaron haciendo trabajo de datos. Entonces, les queda un agujero en el CV. En otros casos, en países como Alemania, donde todas las profesiones están altamente reguladas, no existe la profesión de “trabajador de datos”. Eso también deja un vacío profesional. Así que muchos apenas sobreviven, en condiciones de inseguridad, porque la mayoría de las veces no saben cuánto van a ganar, si será suficiente para llegar a fin de mes, ni siquiera si tendrán trabajo el mes siguiente. Esa precarización e incertidumbre también genera malestar y ansiedad constantes.
-¿Cuánto hay de cierto en que la mayoría de los trabajos intelectuales serán reemplazados por la IA? ¿En qué aspectos relacionados a esto la IA todavía está lejos de competir con el trabajo humano?
-Es totalmente imposible que las tecnologías actuales puedan reemplazar completamente al ser humano en trabajos intelectuales o creativos. No es posible con la calidad y la profundidad con la que un ser humano lo puede hacer. Claro, ChatGPT puede producir un texto, pero va a ser un texto que no tenga la calidad de lo que puede ser un periodista, aunque es una herramienta en la que muchos se apoyan. Pero el trabajo humano de editar y enriquecer ese texto no se puede sustituir con la misma calidad y profundidad. Lo mismo pasa con el arte: podés generar una imagen, pero hasta ahora nunca vi algo creado con IA que digas “esto me conmueve”, y no creo que a nadie le haya pasado.
-Ya hay múltiples controversias sobre esos ejes.
-Porque, por otro lado, está el debate de los derechos de autor y el uso sin autorización de obras de artistas, escritores y periodistas para entrenar estas máquinas, que en realidad lo que hacen es absorber datos, remixarlos y regurgitarlos. Al final, lo que hacen es reciclar algo que ya existe. Por eso es que las Inteligencias Artificiales generativas de “generativas” no tienen nada. El peligro que sí generan es ser usadas como herramienta disciplinadora, porque siempre está la amenaza, sobre todo si sos freelancer, de que te digan: “cobrame menos porque ChatGPT lo puede hacer en un minuto y gratis”. Ese mito funciona como amenaza y termina funcionando como herramienta disciplinadora. Y eso también es peligroso, porque cuando uno tiene miedo de ser reemplazado, tiende a no reclamar sus derechos.
-¿Creés que los medios de comunicación son o serán de los más afectados con la Inteligencia Artificial?
-Yo creo que todas las profesiones ya están siendo afectadas por la Inteligencia Artificial. Esto lo digo sin hacer un juicio de valor; no sé si para mejor o para peor. Los efectos negativos tienen que ver con la apropiación del trabajo de las personas y del trabajo no pago de los usuarios. Con respecto a los medios, obviamente hay una penetración del uso de la Inteligencia Artificial, como en todas las profesiones creativas. Estamos en un momento bisagra: hay fascinación porque estas tecnologías prometen un montón, entonces se implementan rápidamente. Pero también estamos viendo en muchos sectores, empresas y organizaciones que hace uno o dos años habían implementado IA, despidieron trabajadores y trabajadoras, y hoy hay un retroceso: vuelven a recontratar a esas personas porque la IA no funcionó como esperaban. Eso no tiene la misma repercusión mediática que cuando reemplazan trabajadores por IA.
-¿Afirmarías que el nuevo escenario es un impacto para quienes ejercen el periodismo?
-Es innegable que con el advenimiento de la Inteligencia Artificial, sobre todo la “generativa», la profesión del periodista está afectada. Primero, porque si hoy le preguntás a ChatGPT qué fuentes periodísticas contribuyeron a su entrenamiento, te va a nombrar a los principales medios. Entonces, ¿cuánto trabajo de colegas periodistas está en esa base de datos y fue usado para entrenar a ChatGPT y otros modelos de lenguaje? Otro efecto es lo que contaba antes: bajar el precio del trabajo porque “ChatGPT lo puede hacer por vos”. Por eso surgen iniciativas como la del sindicato de guionistas, que se juntaron contra el uso de IA generativa. Esto se vio en Hollywood el año pasado, con la primera huelga de guionistas por el impacto de la IA en su trabajo.
-Más allá de la especificidad de tu tema de trabajo y de estudio, ¿utilizás la IA en tu vida cotidiana?
-Si te dijera que no la uso, te estaría mintiendo porque hoy es imposible escapar a la Inteligencia Artificial y ya no se trata más de una elección consciente. El problema es que la inteligencia artificial está permeando muchos aspectos de nuestras vidas, donde uno ya no puede usar ciertos servicios ni acceder a ciertos recursos si no se somete, por ejemplo, al reconocimiento facial. Es imposible pasar por muchos aeropuertos del mundo sin ser sometido a reconocimiento facial, entonces ya no es una elección. Ahora, si me preguntás si uso herramientas como Gemini o ChatGPT en mis momentos de ocio, te diría que no, intento hacer un uso consciente. Es muy difícil escapar de estas tecnologías; son muy atractivas y es innegable que en muchos aspectos nos solucionan problemas. Traducir rápido, encontrar información, resumir textos: todo eso es útil. El tema es que hay que tener en cuenta que cada vez que uno usa estas tecnologías está utilizando algo contaminante para el medio ambiente, que requiere muchísimos recursos, que se basa en el robo de datos y del trabajo creativo de muchas personas, y también en el trabajo precarizado de trabajadores de datos.
-O sea que ponés en cuestión esas utilizaciones.
-El uso banal no me gusta. No me pongo a charlar con ChatGPT ni le pido consejos de outfit del día. Quizás lo uso para resumir información rápido. Por ejemplo, hace poco me pidieron mi biografía en español, metí en ChatGPT la versión que tenía en inglés, le pedí que la tradujera y después la corregí un poco. Más que eso, no. Pero hoy es casi imposible escaparle. Ahora googleás algo y todos los buscadores comerciales ya tienen integradas Inteligencias Artificiales generativas que te resumen la información. Ya no te dan un listado de páginas web, sino directamente un resumen. Entonces, si estás googleando algo, también estás usando IA.