Vigencia de la ética periodística

Por Solange Baigorria y Oriana Cassanello

El 18 de enero de 2020, a las 6 de la mañana, Fernando Báez Sosa fue asesinado a la salida de Le Brique, un boliche en Villa Gesell, por un grupo de ocho rugbiers. Cuatro años y medio después, Máximo Thomsen, señalado como el autor de la patada mortal, rompió el silencio por Telenoche, en el canal Trece, sobre el crimen del joven estudiante de abogacía. Por primera vez, fuera del ámbito judicial, habló y acusó a varios de sus compañeros con quienes compartió esa noche.

Los ocho rugbieres acusados por el asesinato de Fernando Báez Sosa fueron condenados ese lunes por homicidio doblemente agravado, en un fallo unánime del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de Dolores. De los acusados, cinco recibieron la pena de cadena perpetua al ser considerados coautores del crimen. Ellos fueron identificados como los principales responsables de la brutal golpiza que causó la muerte de Fernando. Por otro lado, los otros tres rugbieres recibieron penas más reducidas al ser considerados partícipes secundarios. Estas sentencias reflejan que, si bien no tuvieron un rol principal en la agresión mortal, sí estuvieron involucrados de manera significativa en el evento que culminó con el trágico fallecimiento de Báez Sosa.

“Es algo que he querido contar durante cuatro años; no necesito mucha preparación para hacerlo”, afirmó Máximo Thomsen al comenzar la entrevista. A este joven de 24 años lo respalda la libertad de expresión, un derecho fundamental que le permite compartir su verdad y su versión de los hechos ocurridos aquella noche. La libertad de expresión resulta esencial y garantiza que cualquier individuo pueda expresar sus ideas y opiniones sin miedo a represalias o censura fomentando la diversidad de opiniones.

Además, Thomsen hace uso del derecho a réplica, desmintiendo afirmaciones que le resultan injuriosas y calumniosas: “Yo no le pegué una patada en la cabeza a Fernando, fue Ciro”, proclamó el joven de Zárate. Esta acusación es una de las más graves que enfrenta, pues en la autopsia se determinó que la fuerte patada en la cabeza fue la causa del deceso de Báez Sosa.

No hubo ningún tipo de censura en el momento de compartir las declaraciones de Máximo Thomsen con las que desmiente las acusaciones más severas que pesan sobre él y culpabiliza a sus compañeros dando una vuelta a la historia que nadie ha contado. Esta decisión del canal y la producción demuestra un compromiso con la transparencia en la información y el derecho a la información del público sobre todos los aspectos del caso.

En este caso, se entrelazan el interés público y el interés comercial. El primero se manifiesta en la atención constante que recibe cualquier novedad relacionada con el caso, así como en las declaraciones de la familia de Fernando o de los acusados, que siempre generan repercusiones relacionadas con la violencia existente en la sociedad; inclusive, con el deporte. Es un caso que no pasa desapercibido en la sociedad y sigue siendo objeto de intenso debate y seguimiento. Por otro lado, tenemos el interés comercial que se caracteriza por el ráting y el rédito económico que le genera al medio la puesta al aire de una nota como esta, ya que al ser un caso que sigue vigente, escuchar por primera vez a uno de los condenados resulta una primicia.

El periodista Rolando Barbano mantuvo un enfoque que permitió que Thomsen expusiera su versión de los hechos sin interferencias ni juicios preconcebidos. La ética periodística se pone de manifiesto en su esfuerzo por presentar la información de manera equilibrada proporcionando al acusado una plataforma para ejercer su derecho a la libertad de expresión y el derecho a réplica mientras se asegura que el público en nombre del derecho a la información reciba una visión distinta y veraz del caso.

El caso Fernando Báez Sosa no sólo ha sido un trágico suceso que conmocionó a la sociedad argentina: es también un desafío para el periodismo que debe abordar con máxima responsabilidad temas tan sensibles. Desde el inicio de la investigación los periodistas han intervenido directamente en esta situación. Informar sobre los hechos desde la perspectiva de observadores es completamente distinto a entrevistar a la persona involucrada. La cobertura de este caso por los medios a través de la entrevista que se le realizó a Máximo Thomsen y que emitió Telenoche asegura que el derecho a la información se ejerza con respeto y profesionalismo reforzando la confianza del público en la labor periodística.

Fuentes

Apuntes de Ética y deontología profesional de Héctor O. Becerra.

Entrevista a Máximo Thomsen – La Nación https://www.lanacion.com.ar/seguridad/maximo-thomsen-se-volvio-a-despegar-del-caso-y-busco-complicar-a-sus-amigos-por-el-crimen-de-nid29052024/

Entrevista a Máximo Thomsen – Telenoche
https://www.youtube.com/live/n3U92LhOqd0