¿Y la responsabilidad de los influencers?  

Por Martina Gullón, Cristian Sánchez y Juan Manuel Sangregorio  

Las redes sociales pueden resultar uno de los mejores medios a través de los cuales dar a conocer información que es de interés público. Sin embargo, la rapidez con la que un tweet puede llegar a los medios de comunicación masivos también es contraproducente si no se chequean los datos y se da por verídica una fake news, el resultado será la desinformación e incluso la difamación de aquellos implicados en el mensaje.

En 2020, el influencer Santiago Maratea -reconocido por llevar a cabo diversas campañas solidarias a través de sus redes sociales- era el conductor del programa audiovisual Generación Pérdida, emitido por radio Vorterix. El 2 de septiembre de aquel año protagonizó un grosero mal entendido que lo expuso.

Maratea comenzó a opinar sobre un caso de pedofilia que había trascendido algunas semanas atrás, del cual aseguró que un varón de más de 20 años llamado Momo había hecho un video con una nena de 14 años en el que le hacía preguntas sexuales muy inapropiadas tales como si se masturbaba o si haría un trío. A raíz de la versión de los hechos que contó Maratea, la producción -evidentemente sin chequear la información- sacó al aire el perfil del canal de Youtube de Gerónimo Benavides, mejor conocido como Momo. El error cometido arruinaría la imagen de Benavides, ya que, en realidad, el pedófilo de quien estaba hablando Maratea se llamaba Nahuel Pietraszek, y Momo era el nombre de la nena de 14 años.

La regla número uno es que para ejercer el periodismo se debe tener conocimiento de lo que se está comunicando y en este caso no se cumplió. Y como si fuera poco, mientras estaba al aire la imagen de Gerónimo Benavides, Maratea dijo: “Ah, no es éste, creo. A ver, ponelo. Es parecido.” Por lo tanto, no pareció importarle demasiado acusar a una persona inocente de cometer un delito como es la pedofilia.

Minutos después de ese error, se retractaron de su desinformación y pidieron disculpas a Benavides. Más allá de haber sido una rectificación correcta, es interesante plantearnos hasta qué punto se puede hablar con tanta desatención de un tema tan complejo como un caso de pedofilia. Además, en lugar de utilizar su cláusula de conciencia (la cual le permite al periodista defender sus propios valores por encima de las decisiones del medio en el que trabaja), Maratea prefirió defender a sus compañeros de la producción y no hacerse cargo de lo peligroso que es no chequear un dato semejante.

A la mañana siguiente de ese hecho, Gerónimo Benavides publicó en su cuenta de Twitter el fragmento del video que deja en evidencia la irresponsabilidad de Santiago Maratea y la producción de Generación Pérdida, acompañado de un texto que decía: “Me acusaron de pedofilo en vivo porque @Vorterix y #SantiagoMaratea se equivocaron de persona. Me calumniaron públicamente porque ni siquiera chequearon la información, para luego decir que se equivocaron de persona. Mañana será enviada la carta documento con mis pretensiones. Desde ya les voy avisando que no solo voy por el resarcimiento económico por afectar mi imagen y carrera. Se les va a terminar esa impunidad de la cual piensan que gozan”.

Más allá de no haber sido transmitido por un medio de comunicación tradicional, Benavides hizo un perfecto uso de su derecho a réplica, el cual le permite a una persona expresarse luego de haber sido injuriada y/o calumniada públicamente. También hace uso del derecho a la información y realiza la autorregulación del suceso, ya que él no es periodista profesional y utilizó su Twitter para informar correctamente sobre un caso que se había convertido de interés público.

El primero en responder ante los reclamos de Benavides fue Mario Pergolini, locutor y dueño general de radio Vorterix, durante la emisión del programa Maldición va a ser un día hermoso. Lejos de pedirle disculpas y hacerse cargo de lo sucedido, Pergolini se puso a la defensiva y protegió a su medio y a sus intereses. Por un lado, aseguró que Maratea inmediatamente dijo: “No, este no es”, aunque el fragmento citado por este demuestra la duda de Santiago. “Momo, tenes ganas de romper las pelotas. (…) No creo que vayas a avanzar mucho”, fue la sentencia de Pergolini. Entre tantos otros, este es un claro ejemplo del pleno ejercicio de la libertad de prensa en los medios poderosos, donde se prioriza la empresa por sobre el trabajo periodístico.

Por último, también resulta interesante analizar la postura tomada por Maratea luego del tuit de Benavides. A través de sus historias de Instagram, el influencer desde el comienzo tomó una actitud insólita, al intentar minimizar la gravedad del caso y hasta tratar de exagerado a su aludido: “Se habrá comido un mal viaje”. Y en su explicación de los hechos hizo exactamente lo que Pergolini, mentir sobre la inmediatez de su rectificación de aquel momento: “Al toque aclaré que no era él”.

Si bien su rectificación durante la emisión del programa fue correcta, en este caso no lo fue, ya que no cumplió con las tres reglas primordiales: ser inmediata (lo explicó un día después); tener el mismo despliegue (lo explicó a través de su Instagram); ser una disculpa sincera (no se hizo cargo de su error). El hecho de haber utilizado su Instagram para explicar la situación jugó mucho a su favor, ya que él tiene más poder en sus redes personales que en radio Vorterix, pero a la vez pone en duda uno de los ítems explayados anteriormente sobre el despliegue de la rectificación. ¿De qué vale llevarlo a cabo en el programa, si se contradice en el canal de mayor alcance? ¿Es realmente efectiva su rectificación?

Este caso, sin ninguna duda, pone en cuestión la responsabilidad que tienen los influencers como comunicadores sociales, ya que el hecho de tener seguidores en las redes sociales les brinda mayor importancia a la hora de difundir un mensaje, es decir que tienen una credibilidad construida a través de su popularidad, sin embargo, no los hace más capaces para realizarlo con el juicio que merece.
¿Será hora de construir una herramienta que realice una autorregulación periodística eficiente y que también tenga el poder para caracterizar de forma eficiente cada caso?

Fuentes:

Becerra, Héctor O.: Apuntes de ética y deontología profesional

https://twitter.com/momorelojero/status/1301457069640478721

(Tuit de Gerónimo Benavides)

 

(Video recopilatorio con todos los hechos sucedidos)