Por Julieta García y Ramiro Lacovara
Hace poco más de un año, el 1 de julio de 2024, Juan Marquínez, periodista egresado en Deportea y especialista en equipamiento audiovisual, puso en marcha un proyecto tan simple como original: 2 Toques, un canal de difusión de literatura deportiva por WhatsApp. La idea era clara, compartir cuentos, principalmente de fútbol, directamente en los celulares de los suscriptores, en formatos accesibles como PDF y EPUB. En un contexto social donde casi todo pasa por una pantalla, Juan apostó por un canal silencioso pero persistente para que la literatura juegue su propio partido.
La propuesta va más allá de reenviar cuentos sueltos. Cada uno incluye una introducción escrita por él, que funciona como anticipo, para que el lector se sumerja en la historia con una mirada más atenta. El canal mantiene una frecuencia constante, de lunes a viernes, un cuento por día. Eso significa que cada miembro recibe más de 20 textos por mes y más de 250 al año.
-¿Qué formatos literarios se difunden y con qué frecuencia?
-La gran mayoría son cuentos de fútbol. De tanto en tanto se comparte además algo de poesía, o la letra de alguna canción, pero son excepciones. Te diría que nueve de cada diez envíos del canal son cuentos de fútbol. El fútbol es protagonista, pero no está solo. En ocasiones también aparecen relatos sobre ajedrez, ciclismo, atletismo o boxeo. Algunos incluso tienen una temática más lúdica que deportiva, pero siempre dentro del universo del juego como elemento esencial del deporte.
Aunque el canal se lanzó en 2024, la historia viene de más atrás. Entre 1999 y 2006, Juan formó parte de un programa de radio semanal que salía por FM La Tribu y luego por FM Palermo. En cada emisión había una sección de literatura, y él era el encargado de buscar, locutar y editar digitalmente los cuentos que cerraban cada programa.
Así fue como, entre su trabajo formal y su vida familiar, Juan decidió someterse a una “pretemporada” en abril de 2024. Se puso a prueba durante 15 o 20 días para ver si podía sostener el ritmo: buscar cinco cuentos semanales, convertirlos en PDF y EPUB, escribir sus introducciones y enviarlos. La prueba fue exitosa.
-¿Qué desafíos enfrentaste a la hora de implementar la idea?
-Los principales fueron (y siguen siendo) la escasez de tiempo y de canales de promoción. Entendía que en 2 Toques durante una larga primera etapa (que aún continúa) todo iba a depender sólo de mí. A la hora de dar a conocer el proyecto, al manejar un presupuesto igual a cero no me quedó otra más que apostar al boca a boca y a la actividad en las redes sociales, que jamás había usado hasta que surgió esta necesidad. Abrí una cuenta de Instagram, le pasé el plumero a la de Facebook que había creado en pandemia sin saber bien por qué y comencé a meterme en grupos de docentes y de clubes de fútbol.
Con el tiempo llegaron las primeras colaboraciones institucionales. A principios de 2025, 2 Toques empezó a articular con clubes, como Ferro, que acordó difundir cuentos de su propio concurso literario a través del canal. Fue el comienzo de una etapa más amplia, en la que Juan comenzó a contactar departamentos de cultura de otras entidades deportivas.
-¿Qué criterios usas para elegir los contenidos?
-Trato de lograr cierto equilibrio. En principio, apunto de lunes a jueves a los cuentos más cortos, de menos de cinco páginas, y dejo los más largos para los viernes. El siguiente criterio básico es establecer la mayor variedad posible en lo que a temáticas se refiere. Además, garantizo que un contenido por semana haya sido escrito por una pluma de otras latitudes, me preocupo por cubrir el cupo femenino -de menor disponibilidad dentro del rubro, lamentablemente- con dos o tres piezas literarias por mes, y hago algo parecido con la poesía.
La propuesta es accesible: el costo de la membresía mensual es de apenas $4.000. Una cifra simbólica, pensada para que el dinero nunca sea una barrera para quien quiera formar parte.
El objetivo, en definitiva, es llevar la literatura a los espacios cotidianos donde muchas veces no llega, tenerla a mano. Que un cuento deportivo pueda colarse en un viaje en colectivo, en un almuerzo, en un recreo, o en un rato de descanso con mate de por medio.