Andrés Burgo: «Leer libros es para el periodismo lo que la nafta es para cualquier automóvil»

Por Juan Segundo Giles y Pedro Basla

Andrés Burgo es una de las primeras personas que se vienen a la cabeza cuando en la Argentina se refiere a la literatura futbolera actual. Periodista especializado en deporte, fue redactor en Clarín y Perfil, entre otros diarios, y actualmente se desempeña en TyC Sports y elDiarioAr.

El autor de reconocidos libros, como “El último Maradona”; “El Partido” y “Ser de River en las buenas y en las malas”, habló con El Equipo sobre el trasfondo de la creación de un libro y el rol de la literatura en la actualidad.

-¿Qué tan importante es leer libros para un periodista?

-Si bien no puedo hablar por todos los periodistas, para mí, leer libros es para el periodismo lo que la nafta es para cualquier automóvil, especialmente para los que se dedican a la gráfica. Me atrevería a decir que es casi decisivo. La escritura sí necesita de la lectura de libros, debido a que los mismos suelen estar mejor escritos que los textos porque tienen mayor tiempo de elaboración.

-¿Qué te da la narración en un libro a diferencia de, por ejemplo, la televisión o la radio?

-Te permite dedicarle más tiempo, hacerle doble click constante a las historias. Es una forma distinta de comunicación, no es ni mejor ni peor. Lo que tiene un libro es que uno le puede dedicar mucho tiempo de trabajo y entrevistas para llevarlo a cabo. Como hoy también puede ser un podcast. Uno bien hecho puede ser una especie de reemplazante de libro en forma hablada.

-¿Se lee menos que antes?

– La verdad que no lo creo; de hecho, estamos leyendo todo el tiempo. El WhatsApp es una forma de lectura, al igual que los mails. Lo que sí, tal vez porque tenemos menos paciencia que antes o estamos más apurados, leemos textos de menor extensión y de lectura rápida, como pueden ser los tweets que no son más de 280 caracteres. Sin embargo, me parece que incluso se podría decir que se lee más que antes porque tenemos un contacto constante con nuestros celulares.

-¿Los libros tienen la difusión necesaria por parte de la industria de la comunicación –sean medios tradicionales o alternativos- o se los deja de lado?

-Lo que pasa es que en la Argentina hay un tema trascendental con los libros que es la cuestión económica. La gente compra libros cuando le sobra plata. En caso contrario, consume más el teléfono o las redes sociales porque las percibe como gratis. Y por el lado de las industrias, ya se sabe que no hacen nada si económicamente no les conviene, así que no hay mucho motivo de queja en ese punto.

-¿Cuánto tiempo de preparación lleva un libro?

-Depende mucho de los tiempos del autor y del formato del libro. Personalmente, he tardado tres años para algunos y un mes para otros. No hay una respuesta única.

-¿Las ideas te surgen en un estado de reflexión o de un momento a otro?

-Es una relación de amor y odio. Hay momentos en los que tenés la idea, la empezás a llevar a cabo, vas al archivo, recopilás información, hacés entrevistas, lo volcás en una hoja. Y después se convierte en una obsesión en la que todo ese amor e impulso inicial lo terminás odiando porque es inacabable. Te pasás horas enfrente de una computadora y una historia te lleva a la otra. Por eso, a veces, no está mal que la editorial te apure en cierto punto con la fecha de lanzamiento, porque es una forma de acelerar la producción del libro.

-Hiciste muchas otras labores en el periodismo, ¿qué tiene de especial escribir un libro?

-A un libro le podés dar una impronta más personal, más reflexiva, porque no es tan urgente. Además, te permite profundizar más allá de lo conocido y darle una interpretación o una dirección a la historia que querés contar.

-Tus obras van desde uno de los partidos más importantes de la historia de los mundiales, como es el Argentina-Inglaterra, hasta un viaje largo para ir a ver a River, ¿qué buscás en una historia para transformarla en un libro?

-Lo importante es saber qué es lo que estás contando, cuál es el detrás. Por ejemplo, el libro del descenso de River es una excusa para abordar la reacción ante el dolor. Cuando hago un libro sobre un viaje en colectivo que duró tres días y medio para ver un partido de 90 minutos, lo que estoy contando es cómo River es nuestra ficción, algo que necesitamos en la vida para sobrellevarla lo mejor posible. Cuando escribo sobre el doping de Maradona, lo que se está tocando es una historia de poder. Eso es lo importante, tener en cuenta cuál es la historia de fondo.

-¿Qué libro recomendarías para llevarte de vacaciones?

– Actualmente estoy leyendo uno de Julia Moret que se llama La música que llevamos adentro. Es un libro sobre autismo, Asperger y una forma distinta de ver el mundo.

-¿Qué le recomendarías a las nuevas generaciones de periodistas con respecto a la lectura?

– La lectura siempre es útil, pero no solo para el periodismo sino también para uno mismo. Y por supuesto que hace a una estructura mental, pero no es que solo la recomiendo de periodista a periodista. Es uno de los placeres que descubrí en mi vida.