Por Juan José Panno(*)
1) Obtener la mayor cantidad de información
posible sobre los equipos que jugarán el partido que se va a comentar:
historial de enfrentamientos entre ambos, antecedentes inmediatos de
cada equipo, rendimiento
como locales o visitantes y en distintos momentos de los partidos,
manejo de la pelota parada, vías por las que llega al gol. Si sabemos
que el equipo A marca el 50 por ciento de sus goles en jugadas de pelota
parada, debemos prestar atención a cómo defiende
el equipo B, por citar un ejemplo. Es muy probable que no se use
después ninguno de esos datos, pero siempre es bueno tenerlos a mano
porque pueden resultar muy útiles.
2) Mirar el partido desde la platea en la mitad de la cancha (en sentido real o figurado) de modo tal que se puedan ver las dos camisetas y no solo la del equipo del que somos hinchas o simpatizantes.
3) Fumarse un cigarrillo (en sentido real o figurado) antes de lanzarse sobre la computadora a escribir. Pararse a pensar qué es lo que vamos a decir, de eso se trata.
4) Buscar la mayor cantidad de respuestas a preguntas clásicas. ¿Por qué ganó el equipo A? ¿Por qué perdió el equipo B? ¿Cuáles fueron las virtudes y los defectos individuales y colectivos de A y de B? ¿Cómo fue el partido? ¿Entretenido? ¿Aburrido? ¿Emocionante? ¿Qué influencia tuvo el árbitro? Etcétera, etcéra.
5) Casi todos los partidos tienen una clave, una situación, un hecho, un momento determinante. Puede ser un gol, una expulsión, un cambio hecho por el técnico, un penal, un error del árbitro del var y sus efectos psicológicos. Descubrir ese elemento clave permitirá entrarle por ahí al comentario y hará que el texto fluya mejor.
6) Evitar el relato cronológico de los hechos. Es una tentación muy grande, sobre todo cuando se escribe con apuro por el cierre, relatar lo ocurrido en el primer tiempo o una parte de él y continuar con otros lapsos del partido. Eso más que un comentario es una crónica. Y todas las que sostienen esa estructura se parecen demasiado.
7) Evitar el relato de lo que el lector ya vio reiteradamente por televisión en la transmisión en directo del partido o de sus resúmenes. Si hacemos referencia a un gol, es conveniente que se agregue algún elemento nuevo que enriquezca lo que ya se vio muchas veces.
8). El control del juego, la posesión de la pelota en terreno rival, la cantidad de y calidad de las situaciones de gol generadas y la eficacia en la definición suelen ser factores determinantes para calibrar los méritos de cada equipo. No siempre gana el que hizo mejor las cosas. Hay en este sentido más de una biblioteca. Algunos creen que se debe analizar desde el resultado, otros creemos que debe hacerse desde el juego.
9) Manejar el espacio de que se dispone para escribir el comentario. Si cuando creemos que ya se dijo todo lo que había que decir todavía quedan algunas líneas disponibles, es conveniente repasar el texto en su conjunto y ampliar algún párrafo. Si, por el contrario, nos quedamos con poco espacio seguramente se pueden ir acortando y simplificando muchos conceptos.
10) Una vez terminado el texto conviene releerlo. Primero en voz baja y después en voz alta que es el mejor modo de detectar repeticiones o errores. Si se puede imprimir. mucho mejor. En el papel se destacan los supuestos errores.
(*) Fundador de TEA y Deportea. Trabaja en Página/12. Escribió, entre otros libros, Pozo vacante, Obras maestras del error, En cancha chica y Diccionario fóbal club.