Por Mateo Galasso y Renata Scarpati
Un caso de invisibilización: frente a la multitudinaria Marcha Universitaria de abril de 2024, algunos medios de comunicación eligieron no informar.
El 23 de abril de 2024, principalmente en la ciudad de Buenos Aires pero con una extensión a lo largo del país, se llevó a cabo una multitudinaria marcha en apoyo a todas las universidades públicas argentinas, convocada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, integrado por las federaciones y gremios que juntan a docentes, no docentes y estudiantes universitarios de todo el país, para reclamar el desfinanciamiento por parte del Estado, peligrando su funcionamiento. La convocatoria aglomeró cerca de un millón de personas en la zona de Plaza de Mayo y alrededores, además de grandes concentraciones en la mayoría de las ciudades del país.
Los medios de comunicación, principalmente en televisión, eligieron minimizar el fenómeno, intentando -aunque no pudieron- que no sea el tema principal de agenda. Usaron cámaras en lugares con menor cantidad de gente, argumentando que los manifestantes eran sólo de sindicatos y agrupaciones políticas. Esas fueron algunas de las formas que adoptaron en conjunto algunos de los medios de comunicación, casualmente afines al gobierno nacional, que era cuestionado en la Marcha. Además, la línea discursiva que se siguió fue la de “Hay que auditar las universidades”, intentando sacar el foco de la manifestación, difundiendo una narrativa distinta en todo el país.
Esto genera un fenómeno de manipulación colectiva denominado gaslighting, en el que una gran cantidad de personas son convencidas de creer en la información que se brinda. Lo verídico, aquello en lo que se cree, se desprende de la verdad. Los métodos más utilizados son desviar la trama, tener chivos expiatorios y usar múltiples noticias para hacer olvidar de lo que verdaderamente importa.
Por supuesto que es habitual que algunos medios sigan la línea discursiva de.cada oficialismo como hay otros que lo hacen con las oposiciones, ya que están amparados por la libertad de prensa pero además porque representan a una porción de la población, que puede elegir consumir uno u otro medio para informarse. Lo erróneo es, como periodistas, poner por delante la postura partidaria y dejar de lado la información para terminar, inevitablemente, ocultando la verdad. Cada periodista está amparado por la cláusula de conciencia para poder independizarse de su medio y ser éticamente correcto. La elección de la información la planea el medio, pero, la ejecuta el periodista, un ser individual que tiene una responsabilidad sobre su ejecución.
Aquel público que, por alguna razón, sólo puede informarse por medio de estos canales o gráficas, merece saber noticias de interés público y de agenda, sea simpatizante de cualquier partido político.
Por otro lado, más allá de la intención de no contar ciertos hitos, se implementó también lo que, éticamente hablando, es lo más grave: la información errónea. Existen datos, estudios, que dieron un número aproximado de manifestantes que acudieron aquel día. Según la Universidad de Buenos Aires, unas 800 mil personas se conglomeraron sólo en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que éstos medios hablaban de unos 300 mil en todo el país. El problema no es la inexactitud, sino que la diferencia entre los informes generales y los difundidos por estos medios era abrumadora. Por medio de imágenes desde ciertos ángulos de las cámaras, se puede disfrazar la verdad, pero no cambiarla por completo. Lo complejo es la manipulación de la misma. Esto genera lo que se denomina pérdida de la verdad, en donde los medios de comunicación tienen la potestad de manipular la información para su beneficio, descuidándola.
Entonces, ¿qué pasa cuando se enfrentan la libertad de prensa y el derecho de la gente a informarse? Generalmente predomina el beneficio del medio, ya que hoy existen muchos y el público, en teoría, puede decidir a cuál acudir. Pero éticamente hablando, ¿es correcto ocultar la verdad?
Los y las periodistas se deberían poder diferenciar de su lugar de trabajo, al ser personas individuales. ¿Qué pasaría si, los medios que ejecutan estas medidas son los más vistos? ¿Qué sucede cuando hay un acuerdo para desinformar? No solo se pierde el derecho a la información sino que la verdad pasa a un segundo plano y la objetividad desaparece por completo.
Fuentes
Héctor O. Becerra: Cuaderno de Ética.
https://www.pagina12.com.ar/731314-el-gobierno-intento-bajarle-el-precio-a-la-marcha-universita
https://www.infobae.com/politica/2024/04/23/la-marcha-universitaria-une-a-la-oposicion-en-un-mismo-reclamo-y-desafia-la-resistencia-del-gobierno/?outputType=amp-type
https://tn.com.ar/politica/2024/04/22/nueva-critica-del-gobierno-por-la-marcha-universitaria-es-una-movilizacion-incentivada-por-la-politica/?gad_source=1&gbraid=0AAAAADLqQAO-qCd_Z9ai2Ojn9ipVUkRPd&gclid=CjwKCAjwp4m0BhBAEiwAsdc4aAf_SO0q0XPSHYLd_YVSKsGcTTcOZvCf9pA1Uor458WXQlygY_PaNBoC_bgQAvD_BwE
https://www.lavoz.com.ar/politica/en-el-gobierno-nacional-ven-intencionalidad-politica-en-la-marcha-universitaria/