Fernando Wilhelm: “Noto cierta contaminación en los medios de comunicación”

Por Franco Díaz y Matías Zuñez

Fernando Wilhelm juega al futsal de cierre en el FC Split, con 39 años. Capitaneó una de las generaciones más importantes de este deporte en nuestro país, la cual fue campeona del mundo por primera vez en su historia en 2016 y obtuvo las primeras dos Copas América en 2003 y 2015. Además, fue comentarista para la Televisión Pública en la tercera Copa América obtenida este año y bajo este rol ayuda a entender los medios de comunicación y adentra en un deporte que todavía en la Argentina es amateur.

-¿Cuál es tu mirada sobre los medios de comunicación en la actualidad? ¿Y cómo se traslada esa mirada al futsal?

-Noto cierta contaminación en los medios de comunicación. Siempre buscan conseguir likes y eso termina tergiversando la información. Soy consciente de que no son todos, que existen muchos periodistas serios, pero noto mucho esa necesidad imperiosa de conseguir visualizaciones. Y con tal de “vender” dicen cualquier cosa.

-¿Cómo te llegó la propuesta de pasar a ser comentarista? ¿Qué te llevó a dar ese paso?

-Me contactó directamente la gente de la Televisión Pública cuando surgió la posibilidad de transmitir el Mundial. Tenían ganas de sumar a alguien y ya habían hecho lo de incorporar deportistas o ex deportistas para otros deportes. Entonces para el futsal decidieron proponérmelo y a mí me gusta. Era una experiencia nueva, pero la realidad es que me gusta el deporte, me gusta lo que hago, todavía lo sigo haciendo. Y podía comentar sobre lo que yo creo que más o menos entiendo por todo el tiempo que llevo haciéndolo. Me parecían todos puntos positivos para intentarlo.

-¿Te tuviste que preparar para comentar o con tu experiencia como jugador te bastó?

-Si me alcanza o no simplemente con mi experiencia, no lo sé. Cuando me contactaron, hablé con la producción para saber cómo me tenía que desempeñar, si debía llevar datos o estudiar estadísticas. Ellos me dijeron que tenía que dar mi visión en vivo. Aunque prepare las transmisiones, a la hora de hablar cuando se enciende “la luz roja” es todo distinto.

-¿Solés utilizar tecnicismos del deporte o buscás comunicar de una forma más cercana al televidente que no sabe de futsal?

-Me parece que la nomenclatura, dentro de los deportes, es importantísima. Porque se crea una unidad entre toda la gente que lo practica o lo consume. Después podés dar un término específico que lleva ese nombre y es justo, pero prefiero explicarlo con palabras más del día a día porque lo importante es que a la gente le llegue. Que yo utilice palabras super difíciles para explicar que una persona corre de un Punto A a un Punto B creo que no tiene sentido. También es en vivo, el tiempo apremia, no podés ahí explayarte mucho.

-Tu pasado en el deporte está vinculado al vóley. Fue tu primer camino y no lograste entrar por tu metro setenta y siete de altura. ¿Cómo viviste ese rechazo?

-Fue un momento especial. Antes el vóley era diferente: se jugaba a 15 puntos, no había libero y tenía otro reglamento. Si yo hubiese tenido la posibilidad de ser líbero, hubiera podido jugar. Llegó un momento en el que me tocaba subir de categoría, jugar con chicos más grandes y altos y, si bien tengo altura promedio, no iba a ser tenido en cuenta. Lo hablé con mi entrenador y me comentó las posibilidades que tenía. No lo viví como una frustración porque llegó el futsal y me abrió las puertas que el voley me había cerrado.

-Una pregunta que te habrán hecho en el 2015 cuando ganaron la Copa América y en el 2016 con el logro del Mundial ¿considerás que la obtención de la Copa América 2022 ayudará a darle más espacio al futsal en los medios?

-Seguramente. Si así no fuera, no estaríamos acá. Es cuestión de aprovecharlo. Siempre tenemos un poquito más de visibilidad, hay que ser conscientes y responsables.

-¿Qué observas que le falta al futsal argentino para que tenga mayor visibilidad?

-Claramente falta inversión económica, que es lo más difícil de conseguir. Este deporte necesita infraestructura a primer nivel, dinero, espacio y apoyo desde la federación. Hoy por hoy no podemos ofrecer un espectáculo a primer nivel por esa falta de inversión.

-¿Cómo es la relación del jugador con la prensa ahora a comparación de hace diez o quince años?

-No aumentó el número de medios que siguen al deporte. Uno también reconoce a quienes están desde hace mucho tiempo. Somos gente muy normal. A quienes hacen notas asiduamente los vemos los fines de semana en la cancha o en cualquier lugar. Es muy familiar y muy tranquilo en ese sentido. A su vez, aparecen medios nuevos, de chicos muy jóvenes que tienen muchas ganas, que practicaron el deporte o se enamoraron. Y eso también lo reconoces.

-¿Cómo es el periodismo con el jugador de futsal y el deporte en tiempo de Mundial o de Copa América y fuera de una competencia como estas?

-A medida que vas ganando partidos, vas consiguiendo más repercusión. En el mundial de Colombia 2016 teníamos un equipo de DirecTV que nos seguía a todos lados, manteníamos una relación muy linda. Que estén en el día a día hace que la cobertura sea diferente. La repercusión va cambiando a medida en que uno va avanzando cada vez más en estos torneos.

-Estuviste en Italia, Portugal y Croacia ¿Qué lugar ocupa el futsal en los medios deportivos en el resto del mundo?

-Reducido. En Italia es muy reducido, salvo que la selección consiga un título importante. Después, el campeonato puede que salga en un medio local del pueblo o de la región y no mucho más. Luego me pasó algo totalmente diferente en Portugal cuando estuve en Benfica, porque es un club gigante. Cualquier título que obtengas puede salir en la tele de aire, en el canal del equipo, en el diario de Lisboa, en el diario nacional y en las noticias. Ahí es distinto porque es un país chiquito y Benfica es una potencia.

-¿En qué lugar ponés el futsal argentino en el mundo? ¿Y su liga?

-Ahora estamos entre las tres mejores selecciones del mundo por esa meseta de resultados. La liga está unos escalones por debajo por el poder económico. Eso hace que sea menor a la de los cuatro o cinco países que están en el top.

-¿Qué creés que hace falta para que el futsal sea reconocido como un deporte olímpico? ¿Y para que deje de ser amateur?

-Para ser olímpico se tiene que poner de acuerdo la gente del Comité con la de las federaciones. Porque el problema viene por ahí. Es algo que no está claro, hay un gris, nadie sabe exactamente qué es lo que pasa, los detalles que se van conociendo realmente no son coherentes y la realidad es que los requisitos se cumplen. Para pasar al profesionalismo se necesita dinero. Hoy puedo juntarme con un representante de cada equipo y ponerme de acuerdo en querer profesionalizar el futsal, pero si la AFA no te baja lo que te tiene que bajar para que cada uno tenga un contrato, estamos en la misma.

-¿Creés que el periodismo está a la altura de un deporte como el futsal?

-Encasillar al periodismo en una actividad es muy difícil, porque hay gente que tiene más recursos y los utiliza muy bien y otros que no. Lo que noto es que hay menos amarillismo para con el deporte. Mi miedo es que cuando este deporte se haga profesional se empiecen a manejar otros intereses. Como en el fútbol básicamente.

-Fuiste capitán de la Argentina campeona y mejor jugador del Mundial en 2016: ¿Cómo trataron los medios argentinos aquel histórico logro desde tu perspectiva?

-Para mí, se cubrió muy bien. Tuvimos un equipo periodístico conviviendo con nosotros ahí prácticamente, durante toda la expedición en Colombia, y se hicieron cosas de mucha calidad. Al compás de que íbamos ganando partidos, la repercusión era más y teníamos para salir en vivo en muchos programas de la televisión.

-En un ping pong con el Club Glorias te catalogaste como hincha de Messi, ¿Creés que, en lo tuyo, el periodismo te considera una leyenda a su nivel por lo conseguido?

-Con que se me trate con respeto y con educación me alcanza y me sobra, yo soy uno más. Lo de 2016 ya pasó y quedó en la historia, pero ahora tengo que ser consciente del lugar que ocupo. No creo que se me deba enaltecer por lo conseguido. No dejo de ser una persona común y no soy ni más ni menos que otros deportistas.