Mi amigo Baby

Por Néstor Straimel (*)

Teníamos 15 años cuando nos conocimos con Baby (así lo llamábamos todos a Mauricio) en el Bialik de Villa Sahores, a media cuadra de la cancha de Argentinos Juniors.. Nos hicimos amigos. Y juntos jugábamos al fútbol. Era un buen «5», medio «pachorra». Y yo un pasable «10». A los pocos años murió su papá. Lo acompañamos en el duelo. Pero nos dijo que sin dejar la secundaria tenía que salir a buscar laburo para ayudar a su familia. Sin tener contactos, ni nada parecido, fue a Radio Rivadavia a pedirle cualquier trabajo a José María Muñoz. Y el Relator de América se apiadó de él y lo tomó para colaborar en La Oral Deportiva. Y ahí Baby se transformó definitivamente en Mauro Viale. Lo aconsejé y se inscribió para estudiar en el Círculo de Periodistas Deportivos.

Mauro Viale -que falleció el 11 de abril- y Néstor Straimel, en la transmisión televisiva del Gran Premio de Mónaco de 1979.

Entonces dejamos de vernos mucho tiempo. Aunque nos comunicábamos de vez en cuando por el teléfono fijo de nuestras casas. En plena dictadura, Baby ya trabajaba en el viejo Canal 7 y era un relator de lujo. Un día de mayo de 1979 me llamó y me pidió que lo ayudara en la transmisión del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, porque los dos relatores que tenía el canal habían viajado a la carrera. Y me dijo: «Yo ni sé cuántas ruedas tiene un auto». Acepté el reto. Sólo tenía que presentar el Gran Premio y luego salían los relatores desde el circuito. Pero Mauro me sorprendió en el último corte, antes de la largada. «Ojo, que si no sale el sonido desde Mónaco tenés que relatar vos», me tiró. ¿Y qué pasa en esos casos? El sonido no salió y yo tuve que relatar casi 30 vueltas. Fue mi debut en la tele.

Mauro decidió dejar el periodismo deportivo al regresar del Mundial de 1990. E inventó un nuevo género polémico. Con ese estilo, tuvo los ratings más alto de la TV argentina durante el llamado «caso Cóppola». Hasta que se calmó y volvió a la seriedad. En A 24, un canal de noticias de sesgo anti K, el fue el único que hizo periodismo honesto hasta el día de su muerte.

Se cuidó mucho del virus. Pero nunca dejó de trabajar. Yo lo sigo queriendo desde aquellos encuentros a los 15 años. Buen viaje Baby.

(*) Periodista y dramaturgo. Trabajó en El Gráfico, La Razón y Clarín, entre otros medios.