Newsletter #18 DIC 2020

deporteanews.com

«El tema nuestro no es la burocratización de las preguntas, sino reconocer la existencia como un acto de preguntar»
(Paulo Freire, maestro brasileño y universal)

Contar a Diego

Quién fue Maradona

José Luis Barrio (Periodista, narrador, siguió a Maradona desde la revista El Gráfico, en la que trabajó quince años y llegó a ser director adjunto)

«Diego fue el sur, rebelde, siempre en desventaja. El sur suburbano de Fiorito y la revancha de Nápoles, el sur de la política y la sociedad, de la Sudáfrica pre Mandela, de Georgia o Alabama; habría sido negro en el Norte, sudaca en Europa, judío con los nazis, siempre con la pelota en el alma y en la zurda. Hubo reyes en su vida, jeques y Papas, lujos también. Lujos de pibe pobre, con autos caros pero con el pueblo en sus viajes.
Y todos lo entendimos».

Desde cerca

Alejandro Apo (Periodista, comentarista radial en muchísimos partidos de la carrera de Maradona)
«Aunque suene extraño, siempre fue muy difícil contar a Diego. Ocurría y ocurre que él está en esa pileta única como habitante único y, entonces, sufría el mal del consagrado. ¿Qué quiero decir? Que si vos vas al cine y tenés que contar una con Darín, no vas a decir «qué bien actúa Darín» o si escuchás un partido que relata Víctor Hugo, no vas a decir «qué bien relata Víctor Hugo». es evidente. Por eso era muy difícil contarlo. Estamos hablando de alguien que en la cancha lograba los objetivos más difíciles, aquello que parecía y era imposible. ¿Cómo hacer con eso? A mí me ayudó a entenderlo el Tato Pavlovsky, un crack en muchas dimensiones, que me dijo: «Yo los vi a todos. A Erico, a Pedernera, a Di Stéfano. A todos. Ninguno tuvo la explosión de talento de este chico». Y, entonces, si no hubo ninguno así, ¿cómo hacés? Corrés el riesgo de trabajar y parecer que caés en el elogio exagerado, en la exageración constante. Y no es así. Al camino que elegía, Maradona le ponía el adorno y la belleza y luego lo coronaba con la contundencia. ¿Cómo contar tanto aporte al juego? Pensemos en el gol a los ingleses. Está notablemente narrado en muy buenos cuentos, pero a la jugada, al fútbol, ¿cómo la contás sin que supongas que exagerás? Allí él avanza con una especie de no gambeta, calculando que no lleguen a golpearlo. No es un gambeta tradicional. Y piensa cómo quedar bien posicionado para definir, siguiendo una recomendación de un hermano suyo. Y ve en qué posición están sus compañeros, como después recordó Valdano en un texto notable. Por eso creo que nadie retrata la jugada como el Negro Fontanarrosa en su cuento ‘El hijo del sheik’: porque la cuenta tal cual es y resulta increíble, no parece real. También, como trazo conceptual e inmediato, me sigue impresionando cuando Víctor Hugo, en el relato de ese gol, dice: ‘En la jugada de todos los tiempos’. Claro, es eso. Y lo vio en el momento. Pero lo difícil con el fútbol de Diego es que nada se puede contar como lineal, como meramente descriptivo. Es difícil contarlo porque, como me acostumbré a decir, Diego es el inventor de la pelota».

Miguel Ángel Vicente (Periodista, siguió la carrera de Maradona para la agencia Télam y para el diario Clarín)
«En el barrio se hablaba de que había un pibe fuera de serie con la pelota. Pero en la patria chica todo se agranda ¿Qué había hecho Argentinos para merecer ese toque de distinción? Y al cierre de esta historia me pregunté, esto: ¿qué había hecho yo para compartir la intensidad de tantos momentos históricos con Maradona? El destino quiso que el primer viaje importante de mi vida fuese al otro lado del mundo. A Japón, para cubrir un Mundial Juvenil que tampoco tenía demasiada historia en 1979. Pero tenía a Maradona, el orgulloso capitán de aquel equipo inolvidable. Maradona con hambre de gloria. Con carácter, con capacidad para explicar lo que quería y lo que sentía. El de Japón fue un Maradona sin la más mínima contaminación. Era el referente de un equipo que despertaba al país en la madrugada para verlos jugar y que se trajo la Copa. La segunda experiencia de mis viajes con Diego tuvo la envoltura de un intento: hacerle una nota a Maradona cuando estaba de vacaciones en Esquina, Corrientes, donde habían nacido sus padres. Sin avisarle, pero con esperanza, lo fui a buscar al hotel. Apareció recién bañado, con el pelo mojado listo para ir a comer con toda la familia. «¿Qué hacés acá?», me preguntó, entre sorprendido y molesto. Le dije que venía a hacerle una entrevista. «Quince minutos y me voy a comer», sentenció. La charla duró algo más de una hora y eso que arrancó con un planteo que podía incomodarlo: «Argentinos, tu equipo, fue invitado al torneo de verano de Mar del Plata por vos. Y vos estas en Corrientes de vacaciones». Respondió tranquilo y con diplomacia. La nota ocupó dos páginas del suplemento deportivo de Clarín y el título fue «Una charla de Esquina a esquina». En México 86 estaba en la cúspide de su carrera. Sabía que esa era la gran apuesta de su vida. El cuerpo estaba impecable y la cabeza despejada. Por las venas, como siempre, le corría el fuego futbolero. En la previa al Mundial, Argentina jugó un amistoso con el Junior en Barranquilla. El resultado fue un empate en cero. Sabor a poco a una semana del Mundial. En el vuelo de regreso a México, dos jugadores me hicieron la misma pregunta pero de distinta forma. Uno fue Jorge Valdano: «¿Cómo lo viste?», me interrogó. «Falta pero vi el equipo y está clara la idea», respondí. El otro fue Maradona que consultó con otras palabras: «¿Nos mataste?» Le di la misma respuesta. Argentina no había ganado el partido por la sobresaliente actuación del arquero Goyén. En el Mundial, el mágico gol a los ingleses, el de la corrida hacia la gloria, me dejó mudo. Diego sabía que había hecho historia y después del partido habló con todo el mundo para que sus palabras quedaran registradas para siempre. La postal con la copa fue el momento culminante de su vida. Había tocado el cielo con las manos.
Sevilla fue otra escala en los encuentros. Veinte días esperando la habilitación para poder jugar. Recluido en un hotel en el medio del campo. Con bajones anímicos. Amenazando con irse a EuroDisney con las nenas. Con un partido informal con los periodistas argentinos para consumir el tiempo. Con un gracias después del partido por el entretenimiento futbolero. Cuando era al revés. El agradecimiento era nuestro por jugar con Maradona. Por compartir un rato de fútbol con el más grande. Esos fueron algunos de los puntos de encuentro con la magia del hombre que le entregó el alma a la pelota».

Entrevista a Daniel Arcucci

«Diego fue mediático antes de la mediatización extrema»

Durante 34 años y once meses, narró a Maradona. El vínculo personal y profesional los enlazó por el mundo y generó mil historias y una confianza irrompible.

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EN PRIMERA PERSONA

Testimonio de Horacio Pagani

El chiquito que contaba caños y goles

El periodista entrevistó a Maradona por primera vez en noviembre de 1976. Luego, a través de las décadas, vinieron mil historias que acá relata.

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LAS ÚLTIMAS POSTALES

Eva Pardo
(Reportera gráfica. Cubrió el paso de Diego en Gimnasia)

«Fotografiar a Diego fue lo más hermoso que me pasó y me va a pasar en mi vida profesional. Pasé por todos los estados desde que me tocó cubrir la presentación en Gimnasia. Sentía, al principio, que no sabía encuadrar una imagen, que no sabía sacar una foto: una mezcla de emoción, de responsabilidad, de orgullo y de sueños. Y de allí, después de un tiempo de confianza y de conocernos, ver que me sonreía: pensar la foto y tener la foto que pensé. Con el correr del tiempo, pudimos conocernos, querernos y hasta pedirle «Diego, quiero sacarte una foto así» y que él no tuviera problemas, poniendo lo mejor de su parte. Uno no puede explicar mucho lo que significa que la vida te premie con esto de estar en el momento justo y en lugar justo. Lo transcurrí como un sueño en el que nunca dejé de flotar, nunca tuve los pies sobre la Tierra. Era llegar dos horas antes a Estancia Chica, donde se desarrollaban las prácticas, para irse cuando Diego se iba. Estar ahí y aprovechar cada momento. Fotografiar a Diego: ni yo lo creo todavía. Por momentos, sentía que fotografiaba a mi viejo, a un familiar, porque se comportaba tan humilde, como si una vez más se empeñara en hacer simple lo imposible. Siempre se lo voy a agradecer a Gimnasia. Siempre se lo voy a agradecer a la vida».

Foto: Eva Pardo

Matías Pelliccioni
(Periodista. Trabaja en TyC Sports y desde allí fue cronista del tiempo de Maradona en Gimnasia)
«Yo puedo contar al Maradona que disfruto el último año de su vida en la tierra adentro de una cancha. Fue feliz y se despidió con el reconocimiento de todos. En vida. Un acto de justicia. Su humildad y la energía que irradia fue lo que me sorprendió. Conocer a Diego, tratar con él, que me abrace y hasta que me llame por teléfono fue lo más grandioso que me pasó en esta profesión y vamos a mantenerlo vivo por siempre».

Sebastián Quadrelli
(Periodista. Cubrió para DirecTV Sports el adiós a Maradona)
“Uno se prepara para afrontar cualquier cosa como profesional, pero la muerte del jugador más emblemático de la historia del fútbol es algo que sobrepasa todo. Son los verdaderos momentos donde uno tiene que intentar dejar los sentimientos de lado para poner a prueba la profesionalidad. A conclusión personal, en nuestro trabajo se vio reflejado eso que Diego siempre transmitió y que tan importante es: la unión de grupo”.

Maximiliano Grillo
(Periodista. Cubrió para TNT Sports el adiós a Maradona)
“Es una situación donde se mezclan muchos sentimientos. En estos días viví cosas muy acordes a lo que significa la vida de Diego Maradona. Desde la pasión desbordada hasta el cariño inconmensurable de la gente por una persona. Es muy difícil volcarlo en palabras y transmitirlo, pero uno intenta comunicar lo que está viviendo, aunque Maradona no tenga explicación”.

QUÉ DIJERON SOBRE DIEGO

“Diego era un producto más del humilde barrio en el que nació. A Maradona lo sobrepasó una fama temprana. Esa glorificación provocó una cadena de consecuencias, la peor de las cuales fue la inevitable tentación de escalar todos los días hasta la altura de su leyenda. En una personalidad adictiva como la suya, aquello fue mortal de necesidad. Hay algo perverso en una vida que te cumple todos los sueños. Fue el fatal recorrido desde su condición de humano al de mito, el que lo dividió en dos: por un lado, Diego; por el otro, Maradona. Fernando Signorini, su preparador físico, tipo sensible e inteligente y, posiblemente, el hombre que mejor lo conoció, solía decir: con Diego iría al fin del mundo, pero con Maradona ni a la esquina. Si el fútbol es universal, Maradona también lo es, porque Maradona y fútbol ya son sinónimos. Pero a la vez era inequívocamente argentino, lo que explica el poder sentimental que siempre ha tenido en nuestro país y que lo hizo impune. Un hombre que, por su condición de genio, dejó de tener límites desde la adolescencia y que, por su origen, creció con orgullo de clase”.

De Jorge Valdano, en el diario El País en su artículo «Adiós a Diego y adiós a Maradona».

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“En la voluntad de creer besó el sueño sosegado de los humildes, las vidas de aliento hondo, durmiendo en los sueños de los otros. Cuando los ojos te dicen “no me hagas daño” empiezas a vivir en el otro. Se trata de soñar lo soñado, de arropar los silencios, de exhumar la memoria individual y colectiva. Si un día regresas al mar de tu infancia Diego, debes saber que ese mar no te ha olvidado. Por muchas vueltas que hayas dado por el mundo ese mar de tu niñez te tendrá siempre en su memoria. Como un Dios presocrático de luz, de sol, de agua, de tierra y de fuego, este país fatigoso te recordará siempre, en cada sobremesa, con un mate en la mano, debajo de un limonero, para justificar toda la existencia del mundo”.

De José Luis Lanao, ex jugador de Vélez y campeón mundial juvenil en Tokio 1979, en su columna de opinión “Diego se fue, y nos fuimos con él”, para Página 12.

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“En esos zigzagueos hay también una intuición popular que esquiva el lápiz de acero. Nadie detiene el amor en un lugar, decía Fito. A Diego todos le quieren escribir sus cartas de amor. Nicolás Maduro se lo disputa y el presidente francés Emmanuel Macron lo homenajea en un texto afiladísimo como un “artista”. Maradona es, primero, la historia del romance con la pelota, ese óleo sobre el que después se viste lo demás. ‘Reescribió el fútbol’, dice Alejandro Caravario. A fuerza de repeticiones, a fuerza de mito, una vez Messi hizo “el gol de Maradona a los ingleses”. Fue al Getafe en 2007. La educación de Lionel tenía ese gol tatuado, una escritura eléctrica en el cuerpo. Messi es Messi pero viene después, tiene grabado a Maradona en los músculos. No hay siglo XXI sin siglo XX”.

De Martín Rodríguez en su artículo “Mil por hora”, para El Canciller.

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“Fue absolutamente sincero para hacerse cargo de sus ideales; necesariamente humano para equivocarse las mismas veces que cualquiera; y tremendamente generoso para llevar el concepto de equipo a todos lados, y para no olvidar que el hambre de la Tota le enseñó a compartir para siempre. En los tropiezos, ha sido uno más de nosotros. En los aciertos, ha sido único entre nosotros. Diego no se ha ido. Diego se ha hecho leyenda para confirmar que jamás se irá de esta tierra”.

Del narrador y ex futbolista Cesar Andrés Carignano en su cuenta de Instagram.

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“La turbulenta y contradictoria vida de Diego al margen de las canchas lo convirtió en uno de los principales exponentes del melodrama latinoamericano. Una y otra vez lloró ante las cámaras, arrepintiéndose de sus errores. Ninguna otra figura pública ha aceptado tantas veces haberla cagado”.

Del escritor mexicano Juan Villoro, en su texto «El Inmortal», para El País.

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“Durante la primera mitad de mi vida Diego fue el campeón del 86 y el héroe del 90. Fue la felicidad y la euforia, la sangre encabritada, el futuro. La segunda mitad de mi vida, Diego fue la desesperación y la esperanza. Desesperación por salvarle la vida, esperanza cada vez que parecía lograr una vez más esquivar el abismo. ¿Cómo no desear la victoria, en cualquier forma, para alguien que además de desintegrar todas las puertas que tenía vedadas, por pobre, por marrón, por rebelde, era el mejor? El mejor: un artista popular sofisticado, alguien que hacía posible lo imposible pero que nunca hacía que pareciera fácil, nadie diría que eso que pasaba entre Diego y la pelota era normal, como no es normal el Réquiem de Mozart”.

De la escritora Mariana Enríquez, en «La muerte no es el fin» para Página 12.

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“Me resulta muy doloroso negarles a las pibas llorar a Maradona, ser parte del pueblo. Incluso nos conmovió a quienes no nos pasa nada con el fútbol, así que ¡no nos juzguemos! Pretender que el feminismo sea un adalid de la conducta sin fisuras y no repare en las contradicciones es un error, el feminismo debería buscar que las pibas, las mujeres y las femineidades podamos actuar según lo que sintamos, incluso cuando se trate de una persona amada. Un movimiento de liberación no es una doctrina: no se trata de descalificarnos unas a otras”.

De Florencia de la V, en “Si querés llorar, llorá”, su columna en Página 12.

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“No soy religioso. No me siento representado en los rituales. Pero juro que a cada paso que me acerco a la Casa Rosada me tiemblan las patas, me cuelgo, lagrimeo. Pienso en mi papá y en los papás y en las mamás de mis amigos llorando en el teléfono cuando se enteraron. En mi abuelo, que me atiende y me dice: “Yo a Diego lo quiero mucho”. En un cuerpo gigante que dibuja con tiza en el piso la mirada firme del capitán del 86. En las banderas que nos rodean a media asta. Hasta en el pibe que anuncia que vende birra tan fría como el pecho de los ingleses. En un nene de piluso bostero, a caballito de su viejo, que le aprieta los muslos, se muerde los dientes, llora, con mocos, en silencio: “Va a poder decir que su papá lo trajo a despedir a Maradona. Y se va a acordar. Y yo, con eso, voy a ser feliz para siempre”.

De Ezequiel Scher en «Muchas gracias, Diego», para Cenital.

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“Hoy tanta gente llora en el mundo entero. En la Plaza de Mayo, claro, pero también en Siria donde aparece una pintada del Diego en una casa bombardeada. En la Bombonera, claro, donde en la más oscura de las oscuridades brilla una luz en el palco en el que el Diego se cansó de gritar goles bosteros y de revolear la camiseta al viento. En el Parque Independencia, claro, porque se puso la rojinegra y generó tatuajes imborrables, pero también en Arroyito, donde se lo idolatra por igual, a pesar del tropezón barrial. En la Paternal, claro, porque el estadio que lo vio nacer futbolísticamente lleva su nombre, como lo llevará de ahora en más el del Napoli, al que le hizo ganar su primer scudetto haciendo tambalear al norte de la Italia rica. En Sevilla, claro, porque por ahí también sacudió su varita zurda, pero también en Cuba, donde se curó al amparo de la barba de Fidel y saldó la deuda con la fecha compartida. En La Plata, claro, donde se calzó la piel de lobo con la que se acostó y abrigó la última noche, pero también en Dubai y en Sinaloa, donde seguro obsequió un par de anillos y algo más”.

De Santiago Garat en «La máquina de hacer feliz» para Redacción Rosario.

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“El amor a Maradona y el dolor por su muerte se me hacían igualmente genuinos en ambos sectores. Pero se manifestaban de manera diferente. En nuestros ojos había lágrimas y estábamos atados a una suerte de silencio reverencial. En los cuerpos de esa gente que se estaba comiendo horas de espera, después de venir desde lejos, había una extraña euforia, una necesidad de celebrar a Diego y de celebrarse en el aguante a su ídolo. Cantaban por Maradona, gritaban contra los ingleses, se burlaban de Pelé. Se parecían a Diego mucho más que nosotros”.

De Fernando D’Addario en Las metáforas del adiós, para página 12.

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QUÉ LEER SOBRE DIEGO

México 86. Así ganamos la Copa. Mi Mundial, Mi Verdad (Editorial Debate)

El jugador que le hizo dos goles a Inglaterra en esa victoria histórica que fue más que un triunfo en un partido de fútbol relata en este libro, lanzado 30 años después del Mundial del 86, lo que significó aquel campeonato para Argentina: «Llegó la hora de contar las cosas como fueron. Aquel fue el verdadero campeonato del mundo de los argentinos: el más luchado, el más sentido y el más merecido. Pienso y hablo en presente de México 86 y se me ilumina la cara.

Conocer al Diego. Relatos de la fascinación maradoniana (Editorial Planeta)

Daniel Arcucci es el autor de este libro que contiene historias relacionadas con la vida de Maradona desde 1985 hasta 2001, fecha de la publicación de estos relatos de la fascinación maradoniana.

10.6 segundos, de Hernán Casciari

“Cierra los ojos. Se deja caer hacia adelante, con el cuerpo inclinado, y se hace silencio en todo el mundo. El jugador sabe que ha dado cuarenta y cuatro pasos y doce toques, todos con la zurda. Sabe que la jugada durará diez segundos y seis décimas. Entonces piensa que ya es hora de explicarle a todos quién es él, quién ha sido y quién será hasta el final de los tiempos”.

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Yo soy el Diego de la gente, Daniel Arcucci (Editorial Planeta)

“Empiezo este libro en La Habana. Por fin me decidí a contar todo. No sé, pero siempre me parece que quedan cosas por decir. ¡Qué raro! Con todo lo que ya dije, no estoy seguro de haber contado lo importante, lo más importante. Acá, por las noches, mientras aprendo a saborear un habano, empiezo a recordar. Es lindo hacerlo cuando uno está bien y cuando a pesar de los errores no tiene de qué arrepentirse”.

El último Maradona. Cuando a Diego le cortaron las piernas. (Editorial Aguilar) Andrés Burgo y Alejandro Wall.

El último Maradona desvela con lujo de detalles la trama secreta de una de las grandes pesadillas de la historia del fútbol argentino. Diego Armando Maradona quiere jugar el Mundial 94.

Barrilete cósmico (Editorial Interzona)

Si el partido entre Inglaterra y Argentina del Mundial de 1986 marcó un antes y después en la historia del fútbol, la retransmisión de aquel partido, de uno de los mejores tantos de la historia se convierte en libro, en objeto literario, en amor por el fútbol, en pasión por contar. El mítico periodista Víctor Hugo Morales, cuya narración histórica ha sido vista por miles de millones de personas, convierte en libro el relato de aquel histórico gol.

El partido, por Andrés Burgo (Editorial Tusquets)

Este es un libro sobre el partido de fútbol más legendario de la historia: el del 22 de junio de 1986, en el Mundial de México, cuando la selección argentina enfrentó a Inglaterra y le ganó con dos goles de Maradona, uno convertido con la mano, el otro inscripto en el firmamento de las obras de arte.

Me van a tener que disculpar, por Eduardo Sacheri

La descripción exacta para poner en dimensión el nombre Diego Armando Maradona. En su pluma, Sacheri supo inmortalizar lo que el eterno 10 de la selección generó en todos aquellos que alguna vez lo vieron obrar milagros con una pelota en los pies. En su cuento «Me van a tener que disculpar», cada frase permite comprender todo. Es una carta abierta a quienes desde el fútbol Diego le dio un motivo para ser felices.

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D10S. Miradas sobre el mito Maradona, por Julio Ferrer (Editorial Octubre)

Libro homenaje a Diego Armando Maradona al cumplir 60 años de vida. Un recorrido a través del testimonio de más de 70 personalidades que transitan sus diferentes etapas deportivas, desde el surgimiento en los Cebollitas hasta su paso por los distintos clubes de acá y el mundo, y por la Selección, primero como futbolista y luego como entrenador. Entre quienes dejan su testimonio se encuentran César Luis Menotti, Hebe de Bonafini, Estela de Carlotto, Víctor Hugo Morales, Alejandro Dolina, Adrián Paenza, Horacio Pagani, Ernesto Cherquis Bialo, Alejandro Apo, Daniel Arcucci, Ezequiel Fernández Moores, Gianni Minà, Calica Ferrer, Galíndez, Ángel Cappa, y muchos futbolistas y exfutbolistas (Caniggia, Morresi, Palermo, Mascherano, el Turco García, Valderrama, Pumpido, Fillol, Careca, Alemao, Brindisi, Suker y muchos más).

Todo Diego es Político, por autores varios (Síncopa Editora)

Publicado apenas unas semanas antes de la muerte de Diego Armando Maradona, reúne diez ensayos escritos por mujeres que recorren la figura del futbolista para poner en magnitud un mito que ingresa ahora en una nueva dimensión, porque como sostiene Bárbara Pistoia -una de las ensayistas del volumen- “con Diego se nos muere un lenguaje y una forma de habitar este país”.

El Diego, según Santa Teresa

El director de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, Juan Sasturain, explica sus palabras. «Este soneto se publicó, junto con otros tres, en la contratapa del diario Página 12, cuando Diego cumplió cuarenta años (30 de octubre del 2000). Es lo que sentíamos entonces, es lo que sentimos hoy».

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NÚMEROS

3 millones

de veces se tuiteó la palabra “Maradona” en la primera hora desde su muerte. Cifra récord.

77 millones

de reacciones y comentarios en Facebook generó la muerte de Diego, también durante la primera hora.

171 millones

de interacciones en Instagram y la totalidad de las primeras tendencias de búsquedas en Google fueron algunas de las métricas récord en las que se convirtió el homenaje a Diego Maradona.

11 millones

de “Me gusta” tiene la publicación de Instagram de Messi en sus primeros tres días, en la que se lo ve dedicándole su gol con la camiseta que Diego usó en Newell’s en el año 1993. La tituló “Hasta siempre, Diego”.

QUÉ VER SOBRE DIEGO

Diego Maradona

La película de Asif Kapadia se volvió rápidamente un clásico. El 10 llegó a Nápoles el 5 de julio de 1984 luego de un pago récord. Diego y una de las ciudades más apasionantes pero a la vez peligrosas del mundo, se juntaron, conformando una dupla ideal. Un documental construido sobre la base de 500 horas de material nunca antes visto. Tanto dentro como fuera de la cancha.

El camino de San Diego

Carlos Sorín dirige esta película que data de 2006, pero está ambientada en el 2004 cuando Maradona estuvo internado en gravísimo estado. La historia de este filme cuenta la experiencia de Tati Benítez, un trabajador que vive en Misiones y está desocupado. Admirador de Diego, decide emprender un viaje desde su provincia hasta Buenos Aires para seguir de cerca la vida de su ídolo. Una road movie conmovedora del director de Historias mínimas.

Maradonapoli

“Maradona es lo que parece y parece lo que es”: así describe este documental el periodista italiano Gianni Mura. En el año 2017 llegó esta producción que decidió mostrar el orgullo de los napolitanos por haber contado en su club con Diego Maradona. Una ciudad que vibró y reconoció en la figura de Maradona a su propio santo, más que a un jugador más.

In The Hands of Gods

In the Hands of the Gods es un documental dirigido en 2007 por Ben Turner y Gabe Turner. La película sigue a cinco Freestylers ingleses mientras tratan de juntar plata en las calles demostrando sus habilidades para reunir la cantidad que le permita pagar un viaje a Buenos Aires y así conocer a su ídolo Diego Armando Maradona. Los cinco Freestylers son: Sami Hall, Danny Robinson, Paul Wood, Jeremy Lynch y Mikey Fisher.

Informe Robinson: Los años felices

Documental hermoso de Informe Robinson sobre los primeros pasos de Diego en primera. Villa Fiorito, la casa donde vivió, Los Cebollitas, prueba en Argentinos Juniors (“No viene porque no tiene plata”, dijo Goyo Carrizo cuando un entrenador le preguntó por su amigo), debut con caño contra Talleres, asistencias y tantos, los goles contra Gatti, debut en la Selección, aparición en Te Rompo el Rating, encuentro con Pelé, su llegada a Boca.

Estadio Azteca: Maradona en Argentina

El podcast de Ignacio Fusco y Federico Yáñez. Es una maravilla por sus historias, la información que bajan y el talento de sus conductores (irradian magia). Ya habían hecho un capítulo dedicado a Diego, pero cuando cumplió sesenta, hicieron un especial sobre Maradona en el fútbol argentino. Historias de él en Argentinos y Boca (primera y segundas etapas) y sus pasos como técnico de Mandiyú de Corrientes, Racing y Gimnasia y Esgrima de La Plata.

1986 – La historia detrás de la copa

Dirigido por Christian Rémoli, con guiones del propio Rémoli junto Ariel Scher y Gustavo Dejtiar y la voz en off de -cuándo no- Víctor Hugo Morales, esta serie documental es una maravilla. Jugadores, periodistas, técnicos, hinchas y testigos. Anécdota, mitos y leyendas. Grabaciones caseras, goles y animaciones.

Maradona, el pibe de oro

Tras hacer un amplio documental sobre Pelé, el director suizo Jean-Christophe Rosé se atrevió a hacer un filme sobre Maradona, dentro de la colección ‘Grand format’, una serie de documentales dirigidos por reconocidos cineastas y que fue producido por el canal franco-alemán Arte.

El Capitán de Nápoles

Lucas Sepiurka decidió comprobar con sus ojos qué significaba Maradona en Nápole. Viajó hasta la ciudad italiana para experimentar en carne propia cómo transformó la ciudad y cómo la ciudad le rinde un homenaje permanente. Napolitanos expresan su amor por Diego. Casas, departamentos, calles, esquinas, murales, santuarios, grafitis, museos ocultos y personales; todo respira Maradona.

LITERATURA SOBRE MARADONA

«Diego Armando Maradona fue adorado no sólo por sus prodigiosos malabarismos sino también porque era un dios sucio, pecador, el más humano de los dioses. Cualquiera podía reconocer en él una síntesis ambulante de las debilidades humanas, o al menos masculinas: mujeriego, tragón, borrachín, tramposo, mentiroso, fanfarrón, irresponsable. Pero los dioses no se jubilan, por humanos que sean. Él nunca pudo regresar a la anónima multitud de donde venía. La fama, que lo había salvado de la miseria, lo hizo prisionero».
(Eduardo Galeano)

«Arranca desde el medio, desde su campo, para que no queden dudas de que lo que está por hacer no lo ha hecho nadie. Y aunque va de azul, va con la bandera. La lleva en una mano, aunque nadie la vea. Empieza a desparramarlos para siempre. Y los va liquidando uno por uno, moviéndose al calor de una música que ellos, pobres giles, no entienden. No sienten la música, pero sí sienten un vago escozor, algo que les dice que se les viene la noche. Y el tipo sigue adelante…»
(Eduardo Sacheri)

«Maradona es el gran relato de este país. Un gran relato que todavía no terminó. Nosotros estamos viéndolo ahora en la inmediatez. Porque lo que le pasa al sujeto de nuestro amor no puede sernos ajeno. Por eso no cuenten conmigo para crucificar a Diego».
(Osvaldo Soriano)

«Diego, como la Argentina misma, nos sorprende. El argentino es siempre apocalíptico, pero posee una reserva de supervivencia que tiene que ver con la manera con la que está hecho este país. Nosotros tendemos a la sobreactuación y Diego es la sobreactuación constante, su vida es sobreactuada. Entonces, es excesiva la manera cómo él lo vive, cómo interpreta y actúa lo que vive. A la vez, todo eso es sobreactuado por aquellos que lo interpretan (los medios) y lo ven vivir. Hay que colocarlo en ese lugar. Lo que se puede decir de Diego se puede decir del país. Que siempre está al borde del abismo o que está en el abismo. Pero, después, resucita y, ahora, tenemos un horizonte magnífico. Siempre somos así».
(Juan Sasturain)

«El 30 de octubre del año 1960 después de Cristo la Tota rompió bolsa a eso de las cinco de la madrugada. Camino del Policlínico que, naturalmente, se llamaba Evita, le preguntó a la Pierina, que la acompañaba:
–Estoy segurísima que Dieguito va a ser un pibe 10. Pero dígame Pierina, ¿mi hijo va a ser feliz?
–Tu hijo estará condenado a dar felicidad a los demás.
–Pero él, ¿él va a ser feliz?
–Mirá, el Policlínico. Por fin llegamos.
–Pero él, ¿él va a ser feliz?
–Dame la mano y bajá con cuidado.
–Pero él va a…
–Afirmáte en mí, Tota. Vamos. Rápido».
(Rodolfo Braceli)

«Diego se levantó despacio, agarró un balón y con esa precisión exagerada que tiene y que no sé porqué pero siempre me provocó risa, la depositó en el medio del grupo en cuestión. Hubo un alboroto como del hormiguero pateado, un forcejeo del que sacó ventaja el más decidido y después de dar tres o cuatro pasos rapiditos para dejar en claro quién había ganado el pleito, un hombre nos devolvió el balón con las dos manos, haciendo una especie de saque de banda.
Me defendí como pude:
–Pobre tipo, le dio vergüenza alcanzarla con el pie por ser vos Maradona.
Pero Diego también tenía respuesta para eso:
–Si yo estoy en una fiesta en casa del Presidente de la Nación con un smoking y me llega una pelota embarrada, la paro con el pecho y la devuelvo como dios manda».
(Jorge Valdano)

«Claro que en la inclusión de Maradona hubo demagogia. Pero demagogia humanista. Positiva. Simpática a raudales. ¿A quién no le gusta ver a un mocosito mojarle la oreja a los consagrados? Es una de las obras del fútbol olvidadas con el fútbol superindustrializado. El chico, con mucho acierto de Menotti, no entró para resolver nada. Así deben empezar los jóvenes, mezclándose con quienes andan bien».
(Dante Panzeri, en el debut de Diego en la Selección)

«Maradona tiene todo y un poco más. Pertenece a esa estirpe especial de pibes que siguen naciendo acá. También nace cierto tipo de adulto que dice “con pibes no se ganan campeonatos”. Pelé se despertó de la infancia con un título del mundo en Suecia. Tal vez sea prudente la actitud de Menotti de considerarlo juvenil. Pero Maradona, para el fútbol, ya es adulto. Toque, habilidad, pegada, picardía, gol. Todo».
(Osvaldo Ardizzone)

«Yo no sé que ángel pardo se asomó por Fiorito
Se coló en los picados donde el anochecía
Y prendado del ángel gurrumín de la zurda
Se instaló en el mocoso con su audaz brujería…”
(Héctor Negro)

Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventa
Y aunque otros olviden tus festejos
Las noches sin amos quedaron lejos
Y lejos el pesar que desalienta.
Tu edad de otras edades se alimenta
No importa lo que digan los espejos
Tus ojos todavía no están viejos
Y miran, sin mirar, más de la cuenta.
Tu esperanza ya sabe su tamaño
Y por eso no habrá quien la destruya
Ya no te sentirás solo ni extraño.
Vida tuya tendrás y muerte tuya
Ha pasado otro año, y otro año
Les has ganado a tus sombras, aleluya».
(Mario Benedetti)

Nuestro equipo

El Newsletter de Deportea y de El Equipo es una publicación mensual de Tea y Deportea. Periodismo por periodistas.

Directores generales: Carlos Ares, Jorge Búsico, Carlos Ferreira y Juan José Panno.
Directores periodisticos: Carlos Ares y Jorge Búsico.
Editor general y a cargo de la redacción: Ariel Scher.
Colaboraron en este número: Gregorio Gajate y Franco Sommantico.
Diseño y programación: Federico Sosa.
Director El Equipo: Marcelo Máximo.
Director Deportea: Andrés Mazzeo.
Secretaría académica: María Rosa La Neve y Carlos Arasaki
Enviado desde postmaster@deporteanews.com

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