Pablo Vignone y Néstor López: Los profesores periodísticos de la Fórmula 1

Por Agustín Caiña y Carolina Sartore

El deseo por realizar un proyecto en conjunto y la pasión por el automovilismo llevaron a Pablo Vignone y a Néstor López, dos experimentados periodistas que además son docentes en Tea y Deportea, a crear un espacio para educar y expandir sus conocimientos por toda Latinoamérica: el Consultorio de la Fórmula 1. La idea que tuvo comienzo en la pandemia dio sus primeros pasos en Instagram hasta convertirse en una gran comunidad que llevó a trasladarla a un programa de streaming en YouTube.

-¿Cómo y cuándo surgió el Consultorio de Fórmula 1?

Pablo Vignone: -De repente surgió un pedido para hacer una entrevista en Campeones con Carlos Legnani, hijo. Hicimos una charla de una hora y media y noté que tuvo mucha repercusión, tanta que me pidieron otra. En ese momento, todo estaba muy enfocado en entrevistas a gente del automovilismo, pero yo sentía que podíamos hacer algo más que eso. Como seguía haciendo programas, el canal (Fox) me pedía que tuviera una cuenta activa en Twitter para generar interacción. Pasaban los flyers y la gente se enganchaba. Básicamente, en televisión tenía un rol en un programa de automovilismo sobre la Fórmula 1, donde explicaba cosas como analista. Entonces pensé: «¿Por qué no hacer esto y generar otro tipo de contenido?».

Néstor López: -Nos conocemos desde hace 30 años con Pablo. Siempre que nos juntábamos decíamos: «Tenemos que hacer algo juntos», pero nunca habíamos podido trabajar en conjunto. Nos encontrábamos en coberturas, en viajes, en TEA. Es verdad que todo lo que hice de automovilismo en los últimos años fue gracias a él. Hicimos algo del TC juntos también, pero nunca habíamos trabajado juntos realmente en un proyecto propio o en un medio tradicional. Cuando me tocó estar en Clarín, él estaba en La Nación. Cuando él estaba en un medio, yo estaba en otro; siempre fue así. Un día dijimos: «Vamos a hacer un programa en Instagram». No sé quién de los dos lo propuso primero. Teníamos la idea, pero todo era remoto.

-¿Cuántas personas los veían? ¿Pudieron generar una comunidad?

Néstor López: -Teníamos una comunidad de la que no nos dábamos cuenta. Un día advertimos que había 100 personas mirando en vivo. El tema era: «Pregúntenle a Pablo», y yo leía las preguntas, él les respondía y metíamos algún chiste. Tratábamos de hacerlo ameno, y nos sentíamos muy relajados porque pensábamos: «No nos ve nadie, ¿no?». Pero la verdad es que fue un furor, especialmente en plena pandemia, cuando cualquier deporte que volvía era algo a lo que uno se aferraba.

Estaba el furor por la serie que llevó a muchos a ver Fórmula 1. Yo creo que Netflix nos ayudó un montón. Nos dimos cuenta de que teníamos una comunidad, y no solo eso, sino que era una comunidad internacional, muy latinoamericana. Como Pablo estaba trabajando en Fox y ESPN —que son dos cadenas que se ven en toda Latinoamérica—, todos sus seguidores en Twitter e Instagram, eran de México, Colombia, Perú. Nos mandaban preguntas y saludos desde sus países. Salíamos para toda Latinoamérica sin darnos cuenta. Encima, no veíamos a nadie. Cada uno estaba encerrado en su casa. Terminábamos el programa y no sabíamos bien qué estaba pasando, pero en algún momento nos dimos cuenta de que teníamos algo muy fuerte. El potencial era enorme: una comunidad grande, que no solo veía en vivo, sino que después seguía viendo el video en el muro de Pablo. Entonces dijimos que teníamos que aprovechar esto para ganar dinero, porque somos profesionales del periodismo desde hace muchos años. Yo llevo 30 años de carrera y Pablo también tiene una trayectoria muy larga. Nos dimos cuenta de que teníamos tanto potencial que podíamos monetizarlo bastante rápido, aunque no nos esperábamos ser streamers ni instagramers. Estábamos muy lejos de eso, los números no daban. Pero sí somos periodistas con una trayectoria en los medios muy grande. Pablo tiene un currículum interminable, ha escrito libros de Fórmula 1 y de automovilismo. Más allá de los medios y de todo el bagaje que traíamos, decidimos que teníamos que aprovechar esto de alguna manera.

-¿Cómo lograron monetizarlo? ¿Hubo apoyo de algún patrocinador?

Pablo Vignone: -Se nos ocurrió hacer un taller por Zoom. Hicimos un curso en septiembre y octubre de 2020. Fueron cinco clases, y vino mucha gente. Tuvimos entre 35 y 39 personas. Después seguimos con el consultorio y dijimos: «Bueno, algo tenemos, y tenemos que seguir haciéndolo».

Cuando arrancó el campeonato de 2021, después de tres carreras, nos preguntamos: «¿Por qué no hacemos esto?». Nos iba a dar un contenido cerrado y un contenedor abierto. Analizábamos cada carrera, pronosticábamos lo que podía pasar antes y, después, explicábamos por qué pasó lo que pasó.

Néstor López: -Lo propusimos y eso le dio una continuidad. La misma gente que había hecho los dos primeros cursos se anotó. En ese momento ya teníamos más de 10.000 seguidores, y así arrancamos. Fue en 2021, 2022, 2023, y tuvimos la suerte de contar con grandes campeonatos de Fórmula 1. La serie de Netflix también ayudó porque personas que no veían el deporte se engancharon.

-Ustedes tuvieron un párate de varios meses hasta volver en agosto de este mismo año, ¿A qué se debió?

-Néstor López: Empezamos a pensar en hacer un streaming. Básicamente, nuestras vidas siguieron su curso independientemente de nuestra actividad profesional. Lo que al principio, durante la pandemia, era algo que nos ataba mucho, llegó a un punto en el que, si un viernes que no lo hacíamos, empezaban a insultarnos. La gente se enojaba como si nos estuviéramos tomando vacaciones, pero no les estábamos cobrando nada. Lo tomaban mal, y nos excedía. Decidimos hacer un parate hasta retomar en YouTube, sobre todo porque se había creado una comunidad fija en el taller de los lunes. Ahí nos dimos cuenta de que queríamos expandir un poco más por razones obvias, también para generar algo de dinero. Pero tampoco funcionó tanto la idea de arrastrar gente del consultorio al taller.

Agradecemos eso también, porque siempre estamos buscando cosas nuevas. Y es lo que les decimos a los alumnos: «No trabajen gratis». Es un mensaje clave. Mientras sea una diversión, lo hacemos. Pero cuando empiezan a insultarte por tomarte un día, ya no es solo trabajar gratis, sino que además te genera una obligación que no te corresponde. Decidimos parar y transformarlo en este programa de streaming en YouTube. Nos pareció que era un formato mejor, más profesional, con una imagen mucho más nítida y con muchas más comodidades. Por ejemplo, en Instagram, a veces teníamos problemas con la conexión de internet, la transmisión se quedaba trabada o uno de nosotros se quedaba solo hablando mientras el otro tenía algún problema técnico. Instagram no es tan riguroso en ese sentido, y la plataforma no es ideal para lo que queríamos hacer.

YouTube nos ofreció un espacio de transmisión mucho más adecuado. De hecho, la escuela nos brindó su sala de streaming, lo cual nos vino de maravilla. No fuimos a pedirla, sino que nos la ofrecieron, y aceptamos encantados. El lugar es fantástico, tiene todo lo que necesitamos, y estamos muy contentos de poder hacerlo desde ahí. Nos gusta mucho el espacio, y lo valoramos.

Pablo Vignone: -Actualmente seguimos con el taller los viernes, pero también estamos pensando en retomar el formato del consultorio. Ahora estamos gestionando cómo seguir manejando la comunidad. Aunque ahora tenemos más argentinos participando, seguimos teniendo una comunidad fuerte de latinoamericanos, que siempre estuvieron muy presentes.

-¿Creen que un argentino en la Fórmula 1 puede aumentar su comunidad?

Néstor López: -Mucha gente me dice: «Vos estuviste en la Fórmula 1 en las malas, ahora que viene la buena, tenés que aprovechar». Pero nosotros seguimos haciendo lo que siempre hicimos, sin depender de eso. No queremos que nuestro proyecto esté atado a sí Franco Colapinto sigue corriendo o no, porque si dejamos que eso nos marque, entonces dependemos de que siga compitiendo el año que viene, y no queremos estar en esa situación.

Pablo Vignone: -Lo que más nos interesa es seguir ofreciendo contenido de calidad y diferente. Muchos de los chicos que siguen el taller ya manejan todas las herramientas; podrían analizar la Fórmula 1 sin nuestra orientación. Pero siguen viniendo porque les ofrecemos algo distinto. Siempre tratamos de presentar alguna innovación. En televisión, me dan apenas tres minutos para hablar de una carrera, pero en nuestro streaming estamos tres horas analizando todo en detalle. Es contenido pensado para los fanáticos de la Fórmula 1.

Néstor López: -En esas tres horas de análisis de una carrera, no solo hablamos; constantemente interrumpimos para mostrar videos, documentos exclusivos, telemetría, y desglosamos todo en detalle. Por ejemplo, cuando ocurre un accidente, mostramos la telemetría que revela cuál de los dos pilotos frenó primero. Esa información no es fácil de conseguir, pero Pablo la tiene. Recuerdo cuando debutó Colapinto, en una de las primeras carreras, y Pablo mostró la telemetría para ver cómo frenaba en comparación con su compañero de equipo. Vimos que Colapinto tenía una ventaja. Pablo sabe leer esas cosas y mostrarlas de manera clara y precisa.

-¿Qué ofrecen en su Taller de Fórmula 1?

Néstor López: -Nosotros ofrecemos un análisis que incluye videos, telemetría y documentos exclusivos, todo acompañado de una interacción directa con Pablo. La gente puede prender el micrófono y hablar con él en tiempo real, hacerle preguntas y recibir respuestas. Esa interacción es muy valiosa, y es parte de la manera en que hemos monetizado el contenido. Si alguien entra al consultorio, le ofrecemos una clase gratis, y muchos se enganchan a partir de ahí. Lo que ofrecemos no es algo que puedan encontar en otros lados.

Pablo Vignone: -En algún momento, tuvimos muchos chicos participando, pero algunos tuvieron dificultades para mantener el ritmo. También está el tema de los horarios con otros países de Latinoamérica. Tenemos seguidores en México, Colombia, Chile, y la diferencia horaria es a veces un problema. Además, decidimos no grabar las clases porque no queremos que lo que decimos se pueda usar de manera deshonesta. No es por la gente del taller, sino porque algunos colegas han tomado contenido de nuestras clases para publicarlo como propio.

Si hubiésemos decidido hacer algo más abierto, como poner el consultorio en YouTube, cualquiera podría verlo y usarlo. Pero lo realmente importante, lo exclusivo, lo decimos en el taller, donde sabemos que la información se queda ahí. La gente que participa valora eso, porque sabe que está pagando por contenido al que no tiene acceso de otra manera.