Luciana Bacci: «Nos parece fundamental cambiar el uso del lenguaje en el fútbol»

Por Carla Grossi y Brenda Molina

A los 25 años, Luciana Bacci juega de lateral derecho y actualmente es futbolista de Racing. Desde su casa en Rosario, reflexiona sobre el rol que cumplen los medios en el crecimiento del fútbol femenino, las decisiones que tomaron los dirigentes en estas últimas semanas, cuáles cree ella que son los pasos a seguir para que la disciplina siga creciendo y cómo está viviendo el aislamiento.

-¿Cómo empezaste a jugar al fútbol? ¿En qué momento te diste cuenta de que querías dedicarte a eso?

-Arranqué en casa desde chica, jugando a la pelota, pateando, porque mi papá era futbolista. El fútbol fue siempre parte de nuestra familia. Seguí jugando en el colegio con mis compañeros y después, por suerte, mi mamá y mi papá me mandaron a una escuela a entrenarme con varones hasta los 14 años, más o menos. Luego me fui a vivir a Paraguay y estuve entrenándome un poco en Cerro Porteño en fútbol femenino y volví, seguí practicando un año más con hombres hasta que no me dejaron jugar más la liga y ahí me busqué una para mujeres en Rosario. Me dediqué al fútbol desde muy chiquita, en el sentido de dedicarle mi tiempo, tomarlo como un trabajo, entrenarme, cuidarme. Lo tomé así al fútbol, pero vivir de esto nunca lo había pensado y hoy casi que lo estoy haciendo. Entonces es como una recompensa de todo lo que estuve haciendo de chica y nunca se me recompensó como a todas las jugadoras de fútbol hoy.

-¿Viviste alguna situación incómoda respecto al machismo que suele recorrer el ámbito del fútbol?

-Sí, he vivido algunas situaciones bastante incómodas, más que nada violencia machista, no sé si las llamaría incómodas sino que también yo le pondría el nombre de violencia o misoginia. En el colegio no me dejaban jugar porque decían que yo tenía un problema de personalidad, que era un deporte para hombres. A veces se me hacía muy difícil jugar tranquila sin que me dijeran algo o sin que me retaran las monjas o mi directora. Después, cuando jugaba por los puntos contra pibes cuando era chica, me han llegado a decir muchas cosas desde afuera de la cancha, me trataron de maneras no gratas y violentas solo por ser mujer. A mi mamá un montón de veces la juzgaron por haberme dejado practicar fútbol y por no mandarme a hacer otro deporte. Esas son algunas de las cosas que me pasaron.

-¿Cómo ves al abordaje del periodismo sobre el fútbol femenino?

-El tema de las coberturas tendría que separarlo en los medios independientes y partidarios que cubren el fútbol femenino, que lo hacen de la mejor manera y siempre a pulmón. Muchas veces, a pesar de tener pocos ingresos económicos, esos medios lo hacen mucho mejor que los medios hegemónicos. Me parece que los medios hegemónicos tienen una deuda con nosotras, que en muchos casos su tratamiento está siendo muy desigual en el tema de las coberturas del fútbol femenino y también me parece que hay un déficit en la gestión de los medios que nos televisan.

-¿En qué sentido?

-A la hora de difundir nuestra disciplina, hay que tener en cuenta cuáles son las estrategias que se tienen. Va un ejemplo: el hecho de que un partido se transmita un sábado a las 9 de la mañana y que sea entre dos equipos que sabemos con amplias desigualdades. Por ahí, de un lado hay uno que sufre la falta de cancha para entrenarse, la falta de elementos y la falta de jugadoras que cobren más que viáticos y, del otro, un rival que quizás sí tiene muchas herramientas y muchas posibilidades de desempeñarse como un equipo de fútbol y también las jugadoras lo tienen para desempeñarse como tales. Si se muestra un partido así, no se está considerando lo vistoso que tiene que ser el fútbol femenino para que empiece también a ganar seguidores y a entretener.

-¿Y el lenguaje?

– Por ese lado los medios hegemónicos tienen mucho por hacer, como lo estuvo pidiendo Racing institucionalmente a través de sus redes: que nos dejen de decir chicas y nos empiecen a llamar jugadoras porque justamente a los hombres, a los jugadores de fútbol, nunca se les dijo chicos a no ser que sean de divisiones inferiores o de reserva, pero siempre se les dice jugadores o futbolistas, Creo que comenzar a alterar un poco el uso del lenguaje y cómo se comunica es un paso muy grande para la visualización de nuestra disciplina y el crecimiento.

-¿Qué rol crees que cumple el periodismo en ese crecimiento?

-Fundamental. Son justamente medios masivos de comunicación o simplemente medios independientes que se encargan de visibilizarnos a nosotras. Esa pata de la lucha es la más importante: la visibilización. Es lo que le faltó, por ejemplo, a Las Pioneras en su momento, que jugaron un Mundial en 1971 y nadie se enteró acá en nuestro país. Esas cosas están cambiando mucho la evolución del fútbol femenino. También la televisación del Mundial representó un avance muy grande para todas nosotras y para la disciplina.

-¿Percibís una perspectiva de género en lo que hacen el periodismo y los medios con el fútbol jugado por mujeres?

-Lo que creo, justamente, es que los medios también tendrían que formar parte de una capacitación en perspectiva de género, que es algo que falta mucho, y comenzar a darnos los espacios que nosotras nos merecemos y a darnos un poco más de gestión porque al fin y al cabo es deporte y es fútbol y tendría que estar al alcance de todas y de todos.

-¿Cómo surgió la iniciativa que tuvieron en Racing para el Día de la Futbolista?

-La iniciativa de Racing fue del Departamento de Prensa. Estamos siempre en contacto y abrieron la comunicación para que nosotras diéramos algunas ideas para ver qué se podía hacer para el Día de la Futbolista. Como grupo, nos pareció fundamental este cambio de paradigma, cambio de uso del lenguaje que, a pesar de que parece algo mínimo, es un cambio que hace que la sociedad empiece a tener un poco más de perspectiva de género, hablar como corresponde y ser igualitarios a la hora de expresarnos. Por suerte, hay gente en el club que entiende nuestra lucha. A veces, percibimos que esa lucha es bastante nueva para algunas instituciones y se tienen que aggiornar a nuestros pensamientos y a lo que nosotras intentamos pregonar en base al crecimiento. Tenemos personas de ese lado y de nuestro lado que están apoyándonos, hay que aprovechar e intentar generar el contenido posible para empezar a cambiar y acrecer.

-En River se aprobó un protocolo de intervención ante situaciones de violencia de género y el proyecto de cupo femenino obligatorio del 20 por ciento en todos los órganos de gobierno del club. ¿Creés que estas cosas van a ayudar a que la situación mejore y que puede ser un puntapié para que otros lo comiencen a hacer?

-Sin dudas, el tema de los protocolos antiviolencia de género y el tema del cupo femenino son cosas que ayudan mucho. Obviamente que los protocolos vienen acompañados de que se cumplan, porque a veces no se cumplen. Y, también, de instrucción y de formación como lo pide la Ley Micaela. Interpreto que en todos los estamentos de un club tiene que estar presente esta ley y la instrucción en cuanto a género. Es algo que se está llevando a cabo. En esta cuarentena tuvimos un taller de perspectiva de género dado por Guillermina Gordoa, de la Secretaría de Deporte de la Nación, que fue muy interesante. Y comprendimos que era importante que también se lleve a todas las ramas del club.

-¿Qué opinas de la vuelta a los entrenamientos?

-Hay que confiar en el compromiso que tienen AFA, la dirigencia y el gobierno -a través del Ministerio de Salud- de que la vuelta va a ser de una manera cuidada, que estemos en menor riesgo de contagio. Me parece que no tenemos que meternos en el trabajo de otras personas cuando tampoco estamos capacitadas para eso. Hay que apelar al compromiso de estas personas hacia nosotras como trabajadoras y como ciudadanas del país. Primero siempre va a estar la salud: lo más importante es que cuidemos la salud de todos y todas. En el caso de que podamos volver al fútbol, que es nuestro trabajo, bienvenido sea.

-¿Cómo viviste este tiempo de aislamiento tanto en lo personal como en lo profesional?

-Al principio, fue bastante difícil. Todas y todos estuvimos viviendo momentos de soledad o de angustia, de no saber cuándo iba a terminar esto y, en el tema profesional, a nosotras justo nos tocó la pandemia dentro del mes en el que se nos vencían los contratos y también fue un poco de incertidumbre. En algunos momentos nos llegaron noticias de que los subsidios que bajaba AFA se iban a cancelar, no sabíamos qué iba a pasar con nuestro futuro. Por mi parte, nunca dejé de entrenarme, intenté mantenerme a pesar de, a veces, no tener ganas. Está claro que son momentos difíciles y a muchas y a muchos deportistas seguramente les habrá costado, como a mí, y hay que permitirse esas cosas para poder estar bien mentalmente que no es algo menor. Hay que tener en cuenta el estado general de tu cuerpo y no solo el físico. Cuando en Rosario se flexibilizó un poco la cuarentena, para nosotras fue posible entrenar, salir a correr, hacer ejercicios con la pelota. El deporte, para mí, también es una terapia y me ayuda mucho en mi día a día.

-¿Qué opinas de que el año que viene se aspira a que todos los clubes tengan doce jugadoras profesionales?

-Ese es el tipo de gestión que nos va a acompañar y va a acompañar la inversión. Si la disciplina necesita crecer y necesita también igualdad en cuanto al género, entonces necesita gestión e inversión. Si no hay alguna de esas dos cosas, seguramente no va a prosperar. Hay que intentar que los clubes se compromentan con el fútbol femenino: es lo que nos va a hacer crecer a todas y también lo que el día de mañana va a traer dinero a los clubes y va a traer rédito económico. Vimos en el último Mundial cómo los clubes que le prestan más atención a la disciplina recibieron dinero por las jugadoras que participaron. Son gestiones que a largo plazo traen sus frutos.

-¿Cuáles creés que son las próximas medidas a tomar para que crezca el fútbol femenino en el país?

-Deberíamos apuntar a tener un fútbol federal. Entendemos que todo o la mayoría del crecimiento se concentra en Buenos Aires y que en otras provincias es muy difícil llevarlo a cabo. Vengo de Rosario, donde está la liga rosarina que también tiene muchos aspectos a mejorar y me parece que, en el caso de que haya un fútbol federal, muchos equipos de las otras provincias van a ser visibilizados. El nivel futbolístico es el mismo al de Buenos Aires, sólo hace falta esa visibilización y torneos que hagan que se crucen con equipos de Buenos Aires. Así, las jugadoras de todo el país podrían observar que está la perspectiva de llegar ahí algún día, de tener referentes y ver que sus compañeras de otras ciudades pueden ser parte de lo que es el circuito del fútbol femenino. Es necesario tratar de que todos los planteles sean profesionales en su totalidad.

-Muchos desafíos.

-Es todo paso a paso. Hay que elegir las luchas para no perderse porque si no una se pierde intentando luchar por muchas cosas a la vez.