HAGAMOS JUEGO

¿De verdad nos interesa eso que nos dicen que nos interesa?

1) En el periodismo y, en particular, en el periodismo sobre deportes o sobre espectáculos con deportes, ¿de dónde sacan -algunos y algunas- editores y editoras, productoras y productores, columnistas y panelistas que «eso le interesa a la gente» o «eso no le interesa a nadie»?

2) ¿»Lo que le interesa a la gente» (o lo que «no le interesa») es una categoría estática, casi genética, un componente que viene o no viene en la sangre y en los cromosomas, una atracción inmóvil desde que se inventó la imprenta y desde que alguien cabeceó el primer córner o es una construcción cultural, comunicacional y política en la que, justamente, lo central es que es una construcción?

3) ¿»Lo que le interesa a la gente» (o lo que «no le interesa») no será una modelación de algo de lo que nos convencen y a lo que nos habitúan?

4) ¿De qué nos habla, por ejemplo, Roberto Arlt, argentino, periodista, escritor, en una de sus Aguafuertes Porteñas, cuando alude al boxeo (Arlt se refería seguido al boxeo) y plantea: «Se organiza un match de boxeo, que todo entendido sabe que es un futuro y perfecto tongo, y los diarios le dan columnas y columnas al asunto, porque las columnas son avisos, aunque usted no lo sepa»?

5) ¿De qué nos habla Dante Panzeri, emblema del periodismo deportivo en la Argentina, cuando, siempre potente, afirma:  «Con verdad se vende menos (por ahora…) pero se gana más. Todo público consume lo que se le fabrica. El público no fabrica su consumición»?

6) ¿De qué nos habla Estanislao Villanueva («Villita», en su firma periodística más frecuente), otro símbolo del periodismo deportivo en el país, cuando, en los comienzos de la década del ochenta, diagnostica: «El periodismo deportivo afronta una realidad presente influenciada por el espíritu de show; no en vano la escena atlética -fútbol, automovilismo, tenis y boxeo, en especial- es el espectáculo dilecto de los televisores y la virtual criatura a la cabeza del rating. Lo cierto es que el ruido puede más que la técnica y el escandalete aflora con mayor fluidez que la circunstancia estética y ética; y de acuerdo con ello, el atleta ha sido suplantado por el ‘fenómeno’ y los resultados han pasado a ser la razón, la justificación y el fin de las competiciones. Dentro de esos esquemas, el periodismo naufraga con sus viejas naves docentes, en tal dimensión, que hablar bien no es negocio y escribir bien resulta antojadizo frente a una avalancha dramática de frases pseudo ‘especializadas’ y de neologismos arteros que generalmente se pronuncian y escriben con aires de sabihondez, acaso la más preocupante porque no hay profesor más peligroso que el que transmite con desaprensión y desparpajo»?

7) ¿De qué nos habla un teórico de la comunicación como Carlos Magnone cuando, en los noventa, registra de qué se ocupa -cada vez más- el periodismo deportivo y alerta sobre causas y efectos de que en ese periodismo funcione «la minucia cotidiana como determinación del campo» o sea la narración de lo mínimo no para desplegar lo profundo desde lo mínimo sino para flotar en la pavada, es decir en la nadería disfrazada de relevancia?

8) ¿Por qué en el periodismo deportivo (y, claro, no sólo en ese periodismo) es enunciada y es repetida la visión de «eso le interesa a la gente» o «eso no le interesa a nadie» a contramano de lo que desmenuza el sociólogo francés Pierre Bourdieu, cuidadoso observador del deporte, quien en sus estudios sobre el sentido social del gusto explica que nuestra subjetividad está edificada socialmente y, en consecuencia, no somos tan libres como creemos en el momento de vivir, de sentir y de elegir?

9) Y en esa perspectiva de «lo que interesa» y «lo que no interesa», ¿hay muchos lugares comunes más insustanciales pero, a la vez, más pronunciados por nuestras propias bocas que la frase «sobre gustos no hay nada escrito»? ¿No es al revés? ¿Acaso lo que está escrito y dicho a cada momento desde muchos sitios de poder es qué gusto hay que tener y qué gusto no hay que tener? ¿Cómo está construida y por quiénes está construida la idea de que, de verdad, elegimos todo el tiempo de manera libre a partir de nuestro gusto, o sea elegimos «lo que interesa»? ¿Por qué será que Bourdieu escribió: «La idea de gusto es típicamente burguesa puesto que supone la absoluta libertad de elección»?

10) En esa dirección, ¿la instalación de «lo que le interesa a la gente» y de «lo que no interesa a nadie» es o no es un ejercicio de poder efectuado desde un poder como la industria de la comunicación, que no por azar es una industria en la que el deporte y el espectáculo del deporte ocupan un espacio central?

11) ¿Tenemos los periodistas que abordamos el deporte noción o conciencia de todo lo que abarcamos y todo lo que podemos influir o definir cuando decimos «eso es lo que interesa a la gente» o «eso no le interesa a nadie» y de lo necesario que es pensar qué cosa es, profundamente, sobre eso que llamamos «interés»?

12) ¿Será, en el periodismo sobre deportes, la hora de leer o de releer al sociólogo español Josep Vicent Marqués, sobre todo en el tramo en el que enfatiza: «La sociedad nos marca no sólo un grado concreto de satisfacción de las necesidades sino una forma de sentir esas necesidades y de canalizar nuestro deseos”?

13) ¿Nos vendrá bien en el periodismo aplicado a los deportes recordar que el trabajo en el que Marqués manifiesta esa frase se denomina «No es natural» y que, precisamente, una de las cosas que justifican la existencia del periodismo, según asumieron viejos y nuevos maestros, consiste en que nada es natural, tampoco «el interés» de la gente?