Una emoción impensada

Por Carlos Krug (*)

Qué me iba a imaginar que me iba a alcanzar la vida para ver con mis propios ojos todo esto que está pasando entre la memoria y el fútbol. Años y años de pelear contra la impunidad, de toparse con la indiferencia, de sostener las marchas y las búsquedas porque a los genocidas ni les dimos ni les vamos a dar el placer de abandonar. Y ahora, medio de repente, medio de golpe, los clubes, nuestros clubes, se suman a la batalla y la historia de mi hermano, Alberto Roque Krug, detenido-desaparecido desde el 2 de diciembre de 1976, aparece en medios de España, de Italia, de Francia y de todas partes.
Pienso que la repercusión conseguida a partir del anuncio de Racing (https://twitter.com/RacingClub/status/1374840098605387777) de restituirles la condición de socio a los socios detenidos-desaparecidos se debe a dos grandes razones: por un lado, la masividad de Racing, uno de las instituciones deportivas más masivas del país; y, por el otro, a la particularidad de que mi mamá continuó pagando la cuota de socio de mi hermano después de que lo secuestraron con la esperanza de que regresara y pudiera ir nuevamente al Cilindro. A todo esto se agrega que Boca y River también se prendieron a esta movida. Me sorprende realmente que haya tantos clubes comprometidos con la memoria, la verdad y la justicia. Confío en que esto se va a ir profundizando con el correr de los años.
¿Por qué durante tantos años no sucedió? Seguramente haya varias respuestas posibles. Calculo que, por comodidad, por complicidad o por ignorancia, las autoridades de los clubes y de la AFA eligieron hacerse los distraídos. Pero algo cambió y para bien. El empuje de quienes insisten en ganarle al olvido resultó clave. Gracias a eso –y a que los clubes son asociaciones civiles sin fines de lucro y no sociedades anónimas-, es que pude reencontrarme hace muy poco con la ficha de solicitud de socio de mi hermano. Fue una emoción terrible. ¡Estaba escrita de puño y letra por mi papá!
No tengo dudas de que pasará el tiempo pero las generaciones que vengan continuarán y continuarán hasta llegar a fondo a la verdad. No se puede aflojar y acá nadie va a aflojar. Y esa certeza es la mejor garantía que tenemos para que realmente podamos decir que nunca más es nunca más.

(*) Hincha de Racing. Socio desde 1964. Hermano de Alberto Krug, también hincha y socio, desaparecido por la dictadura en diciembre de 1976.